El Mercurio
Señor Director:
Quiero contestar los argumentos de la carta del sábado 20 de julio, en que con la firma de más de 50 profesores universitarios se defiende y pide la despenalización del aborto.
I.- La ley no podría exigir conductas heroicas, y lo sería mantener un embarazo que puede llevar a la madre a la muerte o que es producto de una violación.- Esto no es verdad: la ley sí puede exigir conductas heroicas cuando son necesarias para respetar el derecho superior o igual de otra persona, y así, no es lícito por la ley quitar, para salvarse uno, la tabla de salvación a otro náufrago que la haya ocupado primero, o quitar a quien lo necesita para salvar su vida, el único antídoto disponible, a fin de salvar uno la propia. En el caso del aborto, los referidos profesores han omitido considerar que el embrión es persona humana desde el momento de la concepción, porque el huevo o cigoto es ya el sujeto biológico hombre, desde que tiene toda la información genética necesaria para desarrollarse y recorrer su ciclo vital hasta la muerte, sin necesidad de nueva información, pudiendo él mismo, en un proceso autopoiético u organogénico, construir sus órganos definitivos, entre ellos el cerebro y el sistema nervioso. El embrión no es una persona en potencia, como dicen algunos, sino una persona en acto y un adulto en potencia. Adulto, del verbo latino adolescere, significa "desarrollado". El germen, como dice Xavier Zubiri, "es un hombre germinante" (Sobre el Hombre, Alianza-Sociedad, Madrid, 1986, págs. 49-50).
II.- De que un Estado tenga el deber de proteger la vida prenatal no se sigue, según los tribunales constitucionales y legisladores más importantes de occidente, que no pueda autorizar el aborto en caso alguno.- Respondo que Chile es un país muy ilustre, original e independiente, que nunca se ha guiado sino por el deber, y así, por ejemplo, abolió la esclavitud en 1811, cuando estaba vigente en todos los países más importantes, y proclamó en el art. 55 del Código Civil la igual dignidad personal de todos los individuos humanos, cualquiera sea su edad, estirpe, sexo o condición, a diferencia de otros países que en la segunda mitad del siglo XX tenían baños y buses distintos para blancos y gente de color.
III.- El castigo penal del aborto no lo disminuiría según la Organización Mundial de la Salud.- Este argumento es contra el sentido común: equivale a afirmar que prender la luz en una pieza oscura no ayuda a ver, o que apagarla no perjudica la lectura, y recuerda el juicio de Sancho Panza de que las "necedades del rico pasan por sentencias en el mundo".
IV.- La prohibición del aborto perjudicaría a la mujer, por crear el siniestro mercado del aborto clandestino, que pone en peligro su vida y la humilla.- Respondo: I°) Que mucho más siniestro es el mercado del aborto oficial, que recibe tiraje además de las industrias de cosméticos y remedios, que en un penoso neocanibalismo se nutre de los restos de los fetos; II°) Que los partidarios del aborto, para lograr su legalización, según refiere el gran abortista convertido que fue el doctor Nathanson, inventan las cifras, multiplicando hasta por 10 el número de abortos clandestinos, y hasta por 50 el número de defunciones debidas a abortos (Michelle Schooyans, El aborto, Rialp, 1991, pp. 27-28), y III°) Que la mujer es tremendamente perjudicada por el aborto, desarrollando un sentimiento de culpa recurrente en el 75% de los casos; teniendo un consumo más de tres veces mayor de sustancias estupefacientes, y quedando en un riesgo de suicidio siete veces superior al común, según el estudio realizado en Finlandia por el Centro Nacional Finlandés para la Seguridad de la Salud, etc. (Claudia Genovese, "Le conseguenze psicologiche derivanti dall' interruzione voluntaria della gravidanza: I resultati di alcune ricerche", en Medicina e Morale, julio-agosto 2002, pp. 711 y ss).
José Joaquín Ugarte Godoy Profesor de Filosofía del Derecho y Derecho Civil UC