Diario Financiero
Twitter, Facebook, Whatsapp y un sinfín de herramientas provenientes de internet y la telefonía digital, que se han denominado comunicación 2.0, han producido un fuerte impacto en nuestra sociedad. Vemos afectada la noción tradicional de comunicación, extendiéndola a niveles difíciles de imaginar hace pocos años.
Actualmente, la social network o "redes sociales" es la actividad más popular online a nivel mundial, con más de 1.200 millones de usuarios en el mundo. En Chile, el panorama no es distinto; datos de estudios internacionales muestran que el 94% de la población online se encuentra inserto en las redes sociales y aún más impactante es que Chile ostente en ese ranking el quinto lugar de los países en que sus usuarios emplean la mayor cantidad de horas conectados a estas redes.
La comunicación digital transforma nuestras vidas y condiciona hechos políticos, sociales y económicos. Basta ver cómo influyó Twitter en los resultados de supuestos "ganadores" en los debates presidenciales; cómo muchas transacciones relevantes se concluyen por correos electrónicos y cómo Facebook se ha convertido en un canal de negociación y transacciones comerciales de creciente relevancia.
Veamos pues qué debemos entender de este tipo de comunicación a través de las redes sociales para ser exitosos en las opiniones que emitimos y las transacciones que negociamos. Dentro de las características de las redes sociales podemos mencionar la pérdida del concepto "distancia": al momento de enviar un mensaje, publicar en el "muro" o realizar un comentario en Twitter, no es importante el lugar físico donde se encuentre el emisor y el receptor del mensaje ya que lo relevante es obtener una respuesta rápida. La comunicación es asincrónica, esto es, diferida en el tiempo; así, un correo electrónico puede ser contestado inmediatamente o varios días después. Existe una mayor amplitud de relaciones ya que se puede mantener contacto con una gran masa de personas instantáneamente; la hiperconectividad que permite mantener una gran cantidad de conversaciones simultáneamente y una red de contactos personalizada, en que es uno el encargado de elegir con quién se quiere mantener contacto.
Estas características generan dificultades que debemos superar en los momentos que nos comunicamos y negociamos "virtualmente". La primera dificultad es la espontaneidad, ya que muchas de estas herramientas son de carácter directo, es decir, una vez enviado el mensaje no hay vuelta atrás; la segunda es tener conciencia del respaldo; debemos tener especial cuidado ya que toda la información enviada será almacenada, produciendo prueba irrefutable contra nuestra y, por último, la tercera complejidad es la relevancia, porque algunas personas prestan menor importancia a estas formas de comunicación ya sea por estrategia o por desinterés.
A pesar de que ningún medio reemplaza la calidad de la comunicación directa, el desafío de la comunicación y negociación digital es ineludible.