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En 1934, a sus 19 años, Mario Góngora comenzó a escribir un diario de vida, el que nutrió hasta 1937, cuando terminó sus estudios de Derecho en la Pontificia Universidad Católica de Chile y anunció su primer viaje a Europa. Alumno destacado, sin embargo, no quiso cumplir con las formalidades de titulación de abogado y más tarde, en sus anotaciones, declararía su completo desinterés por las leyes.
De regreso a Chile, Góngora comienza a estudiar Historia en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, y en 1944 se titula como Profesor de Estado en Historia, haciendo de esta profesión su vida.
Leonidas Morales tuvo la responsabilidad de leer los manuscritos, en un trabajo que define como asistir a la historia de una aventura. Las anotaciones de Góngora en su diario son de lecturas diversas, cuenta, por lo que "lo singular de ese diario es haber convertido la lectura, el libro, en el campo de experiencias privilegiado para orientar una vida".
El "Diario de Mario Góngora", donde quedó plasmado este trabajo, es la primera publicación de una serie de Obras Selectas, que Ediciones UC y Editorial Universitaria han preparado junto a distinguidos autores.
"Su publicación nos permite conocer a Mario Góngora y, a través de él, a otros jóvenes que vivieron con pasión la experiencia de la apertura al mundo adulto, el de las ideas, la política, pero también del amor", explica María Eugenia Góngora, decana de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile e hija del historiador, quien entregó el diario de su padre para su publicación.
El "maestro"
María Eugenia Góngora estuvo en la presentación del libro, que se realizó en la librería Lea + del GAM con la participación de Gabriel Salazar, Premio Nacional de Historia (2006) y profesor titular de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile.
En la oportunidad, Salazar destacó el legado de su "maestro", y valoró la profundidad de la construcción de identidad de un joven de entre 19 y 23 años que vivió las crisis más profundas del siglo XX como la Primera Guerra Mundial, la Gran Depresión del '29 y la Segunda Guerra Mundial.
"Lo que leía Mario Góngora, 2 ó 3 libros por día, es pura cultura occidental europea, intentando absorber todo el conocimiento humanístico de Occidente. Así fue cargándose de una densidad intelectual y cultural excepcional. Es lo que sentí cuando fue mi maestro. Imponía un respeto natural", cuenta.
"Leía en todas partes, en la playa, en los cerros, en la Plaza de la Constitución, a los pies del Santa Lucía para mirar la niña que estaba en no sé en qué departamento. Se abrió al espacio y en cada lugar del espacio quedó abierto a todo lo que podía entregarle. Belleza, color, vida", explica Salazar.
Hasta levitaba
Patricio Bernedo fue alumno de Góngora en la década del '60 en el Instituto de Historia de la UC y recuerda que "al leer el diario uno confirma la impresión de estar ante el carácter único de don Mario. Entre otras cosas, llama mucho la atención que un estudiante veinteañero haya leído en un lapso de tres años 621 libros, entre ellos, filosofía, literatura, arte, lógica, historia, derecho, religión".
Agrega una anécdota: "Era un profesor tan fuera de lo común que incluso entre los estudiantes circulaban historias que hablaban que él tenía una capacidad de concentración tan alta que podía llegar a levitar".
El curriculum
Mario Góngora del Campo (1915-1985) es considerado uno de los historiadores chilenos más importantes e influyentes del siglo XX. Un pensamiento de raíces cristianas, pero abierto a los estímulos, en términos de conceptos y modelos, de la historiografía europea de los siglos XIX y XX. Fue un distinguido profesor de la Universidad de Chile y de la Universidad Católica.
De sus libros, sin duda el más leído, el más fecundo, pero al mismo tiempo el más discutido, es el "Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y XX" (1981).
2 libros póstumos recogen diversos textos suyos más algunas entrevistas: "Libertad política y concepto económico de gobierno en Chile hacia 1915-1935" (1986), y "Civilización de masas y esperanza y otros ensayos" (1987).