La Tercera
Nuestro país fue calificado por el vicepresidente de Bolivia como "mal vecino, inamistoso, provocador y agresivo", e incluso aseguró que seríamos "el chico malo del barrio".
Sus expresiones se suman a las del mandatario boliviano. Fue el Presidente Evo Morales quien -en un inexplicable y abrupto cambio, desde una relación armónica que avanzaba en construcción de acuerdos- inauguró la fase de descalificaciones. Esta nueva etapa, que ya se alarga por meses, es parte de una campaña internacional con la cual cree que logrará para Bolivia una salida soberana al Pacífico.
Morales hace tiempo abandonó su vínculo de valoración al Presidente Piñera y comenzó a apuntar a nuestro país y al Mandatario chileno como "responsable de un actuar soberbio". Sin embargo, el Jefe de Estado altiplánico ha ido más allá. En octubre sentenció "Chile es un peligro para la región", y precisó que nuestro país "no es sólo una amenaza para Bolivia, sino también para el Perú".
Durante esta seguidilla de actos hostiles, nuestra Cancillería ha actuado oportuna y ponderadamente. Paralelamente, Chile ha seguido cumpliendo cabalmente las múltiples formas, que en virtud de los tratados, le otorgan a Bolivia beneficios en los más variados ámbitos.
Chile, considerado por los gobernantes bolivianos un mal vecino y un peligro para la región, ha sido y seguirá siendo un país abierto a la búsqueda de opciones para enfrentar el terna del acceso boliviano al mar, a pesar de que por décadas todas las propuestas han sido desechadas por los gobiernos de esa nación. Adicionalmente, nuestro país otorga franquicias que ningún Estado del mundo brinda tan generosamente. Un ejemplo son las facilidades portuarias en Arica, donde el 75% de la carga es boliviana.
Allí, las importaciones bolivianas permanecen un año sin cobro de almacenamiento y las exportaciones, por varios meses, también tienen gratuidad. En la actualidad se trabaja en la recuperación de la vía férrea que dejará plenamente operativo el ferrocarril Arica-La Paz, con una capacidad de carga anual sobre las 250.000 toneladas, todas de beneficio para Bolivia.
Chile, lejos de haber sido causa del atraso crónico de Bolivia, ha sido un apoyo para vencerlo. Es lamentable que los sucesivos gobiernos de Bolivia no logren transitar al desarrollo. Ahora Evo Morales vuelve a la vieja y fracasada fórmula de la hostilidad, la reivindicación, el cuestionamiento al derecho y la agresión verbal sin fundamento.
Esa estrategia, muchas veces fracasada, lejos de llevara Bolivia a alcanzar los objetivos de progreso y solución de los problemas, nuevamente alejará al país de aquellas nietas tan deseadas por todos quienes vemos en ese Estado un territorio con potencialidades y una población digna de mejor destino.
El sentimiento en Chile ha sido, y sin duda seguirá siendo, apoyar a Bolivia en aquello que le permita acceder al desarrollo. Tienen todo para hacerlo. Son dueños de una posición geopolítica privilegiada, tienen recursos inexplorados e inexplotados, poseen una sociedad laboriosa y digna, con una fórmula política que tiende a fortalecer la gobernabilidad.
En el norte se ha abierto un polo de integración de insospechadas potencialidades y allí, Bolivia sería uno de los más beneficiados. Sin embargo, formar parte del mismo exige un actuar diferente al que han elegido sus autoridades. Todavía es tiempo de retomar la senda correcta. Ojalá nuestros vecinos lo hagan, ya que de lo contrario serán meros espectadores del progreso de otros.