Escuchar a las víctimas, acogerlas y apoyarlas, fue el mensaje que entregaron expertos de distintas disciplinas y entidades en el seminario “Justicia en la Iglesia: Hacia mejores prácticas en los procesos penales canónicos”, actividad organizada por el Centro de Libertad Religiosa de la Facultad de Derecho UC y la Fundación Amparo y Justicia. 

“Lo meramente jurídico no basta”, afirmó la directora del Centro de Libertad Religiosa UC Ana María Celis en el seminario Justicia en la Iglesia: Hacia mejores prácticas en los procesos penales canónicos, agregando que "es necesario escuchar a las víctimas porque no todas las respuestas vienen por el lado procesal”. Como explicó la académica, las personas que han sufrido un delito sexual deben sentir que la institución a la que acude, ya sea el Estado, la Iglesia o un centro educacional, entre otros, está genuinamente interesada en esclarecer lo sucedido. “Esto no es solo un deber jurídico, sino también cristiano”, dijo. “El hacerse cargo de las víctimas es vital para reconstruir las confianzas, necesario para poder llegar a la verdad”, añadió la profesora Celis.

Ahora bien, las declaraciones de las víctimas tienen una serie de complejidades. Como explicó Maurizio Sovino, miembro del Centro de Libertad Religiosa y abogado de la Fundación Amparo y Justicia, “en estos delitos no solo se afecta la libertad sexual, también se mezcla la dignidad, la honra de la persona; valores que se ven afectados no solo por el hecho en sí sino también en un proceso judicial”. ¿Quiénes son las víctimas? De acuerdo a cifras entregadas por el experto, el 85% de las denuncias corresponden a mujeres y el 15% hombres; el 80% son niños y el 20% adultos. De los menores de edad, el 73% corresponde a menores de 14 años y el 27%, entre 14 y 18 años. 

Un tema importante en este tipo de delitos es el consentimiento. Como recalcó el abogado, “en la mayoría de los casos existe consentimiento, pero no es libre, existe un vicio de por medio: engaño, dolo, etc”. En la mayoría de los casos (60%), el ofensor es una persona desconocida que ocupa medios de fuerza, intimidación y amenazas; sin embargo, en el 40% de los casos el victimario es una persona conocida. En este caso, se viola la confianza, hay relaciones de dependencia, desamparo, ignorancia; no se usa la fuerza, sino medios como el chantaje emocional, la complicidad y secreto, confusión. Como explicó Sovino, existe una gran “cifra negra”, es decir, casos que ocurren y que no se denuncian; en Chile se calcula que los 20 mil casos que se conocen al año corresponden apenas entre el 10 y 20%. Entre esas víctimas que no se conocen generalmente hay un alto número de hombres  y mujeres adultas que no denuncian por el alto costo social que implica. Esto hace más difícil la prevención. 

Además de todo esto, la víctima suele sufrir una segunda victimización al hacer la denuncia, porque se suele desconfiar de ella y debe pasar por un proceso muy engorroso. Como enfatizó el especialista, “hay que creerle a la víctima. La actitud del organismo debe ser de acogida y escucha”. También hay una serie de buenas prácticas que debe considerar la persona que debe entrevistar a la víctima, tales como indagar con testigos de “contexto”, que puedan dar cuenta de cambios de conducta o hechos importantes; utilizar los peritajes como apoyo y no como la única prueba; y hacer preguntas abiertas y no sugestivas, entre otras. El problema, como concluye el abogado, es que “no existe una reparación integral que aborde la víctima, el victimario y la institución o sociedad toda”. 

Por su parte, la psicóloga Carolina Navarro, directora proyecto U-Redes Infancia y Justicia de la Universidad de Chile, abordó la falta de credibilidad que se suele tener de los testimonios de víctimas menores de edad. Entre los principales problemas están la sugestibilidad de los niños. “Los pre-escolares presentarían una mayor susceptibilidad; pero la sugestión es una característica de la memoria, tanto de un niño como de un adulto”, afirma. Por otra parte está el temor de que se trate de una falsa denuncia, pero “un niño no puede fantasear respecto de algo que no conoce”, dice la experta; si bien existen los testimonios falsos, pero son un fenómeno marginal (10%). 

El seminario fue inaugurado por el Nuncio Apostólico Monseñor Ivo Scapolo; y contó también con las presentaciones de la académica de la Escuela de Psicología UC Caroline Sinclair sobre la Reparación de la dignidad de las víctimas; y Paulina Leiva y Solange Bertrand de la Fundación Amparo y Justicia, quienes presentaron el proyecto de ley sobre entrevistas videograbadas. Las palabras de cierre estuvieron a cargo del presidente del Tribunal Nacional de Apelación y académico de la Facultad de Teología R.P. David Albornoz.