Análisis de encuesta Casen se realizó con destacados expertos, en seminario organizado por el Centro UC de la Familia y el Centro de Políticas Públicas UC.
La familia chilena ha cambiado. Los hogares biparentales han caído 10 puntos en 10 años, llegando al 61%. Los monoparentales aumentaron de 19,8% a 27,4%. Estas cifras, presentadas por la Ministra del Sernam, Carolina Schmidt, en el Seminario Familia y Pobreza, fueron las que dieron pie al debate entre los expertos convocados por la UC para analizar los resultados de la encuesta Casen Familia-Mujer.
En Chile el número de hogares a cargo de una mujer es una realidad para más de 2 millones de familias. Ante esta realidad, el rector Ignacio Sánchez, al inaugurar el seminario, sostuvo que "las jefas de hogar pasan a convertirse así en personas claves en la lucha para mejorar la calidad de vida de quienes viven bajo su responsabilidad, en buscar oportunidades para acceder a un trabajo digno que ayude a superar la pobreza extrema, la desigualdad social".
Ignacio Irarrázaval, director del Centro de Políticas Públicas UC, dijo que es muy importante tener en cuenta que no existe un solo tipo de composición familiar. "Muchas de nuestras políticas públicas discriminan en favor de cierto tipo de familias. A las biparentales subliminalmente se las está dejando fuera", opinó.
Esto, según el experto, porque a las familias monoparentales se les beneficia con subsidios y apoyos que no llegan a las biparentales, dando una señal que desincentiva a las familias con padre y madre. Sin embargo, Flavio Cortés, gerente de MIDE UC, consideró que se debe dar apoyo a los más débiles. "Esto no significa que uno dé señales a la sociedad diciendo que esa familia en desventaja es lo que nosotros queremos. Son dos niveles distintos de análisis desde mi punto de vista", explicó.
Por su parte, la directora del Centro UC de la familia, Carmen Domínguez, explicó uno de los tantos problemas que puede tener una familia monoparental en Chile. "Un padre al que tenemos que forzarlo a reconocer su paternidad mediante demandas de filiación, es un padre que aún teniendo una sentencia de alimento para contribuir a la subsistencia básica de sus hijos la incumple más de un 50% de la veces", expresó.
En lo que sí coinciden todos es que Chile debe hacer un esfuerzo para promover que las familias biparentales se mantengan unidas. Según los expertos, son muchas las evidencias científicas que demuestran que las personas que cuentan con la estimulación de padre y madre tienen muchas más herramientas para salir de la pobreza que aquellas donde sólo existe un padre a cargo. "Se necesita tener una familia unida y que apoya para poder superar la pobreza", dijo Irarrázaval, quien también calificó a las Políticas Públicas de "sectoriales", es decir, que se preocupan de cada miembro de la familia por separado. Existió consenso en que este es un tema que debe cambiar.
Flavio Cortés, gerente de MIDE UC opinó que la Casen es una muy buena encuesta. Sin embargo, no está de acuerdo con que la medición sea anual ya que los cambios en la pobreza son siempre en el mediano y en el largo plazo. "El dato difícilmente va a cambiar año a año", explicó. Irarrázaval además advirtió, ante el aumento de las familias monoparentales, que vivir sólo con la madre aumenta la deserción escolar en un 4% y también, el riesgo de consumir alcohol y drogas.
Esta situación se ve reforzada por las cifras de embarazo adolescente. Una de cada cuatro mujeres de escasos recursos tiene hijos antes de los 18 años, mientras que en los estratos altos esto ocurre sólo con una de cada 12 mujeres. El doctor Jorge Jiménez, académico del departamento de Salud Pública de la UC, añadió que es importante tener en cuenta que la pobreza no sólo es monetaria: estas personas se enferman más y muchas veces mueren antes. Y alertó sobre la baja tasa en los controles de salud: sólo un 20% los realiza. A su juicio la frase "los pobres no pueden esperar" tiene un fundamento científico.
Los datos del encuesta Casen también evidenciaron que los hogares en donde la mujer es jefe de hogar se han triplicado en 20 años y ha aumentado su participación laboral. Sin embargo, la participación de las mujeres de estratos bajos sigue siendo muy baja y alcanza sólo un 24% en el diez por ciento más pobre, en comparación con el 63% al que llega entre las mujeres con más recursos. En este sentido, Benito Baranda, director de América Solidaria, dijo que hay que ser cuidadosos ante la disminución de quienes están bajo la línea de la pobreza: "ese grupo de personas se podrá ir reduciendo en porcentaje, pero puede ir aumentando en dependencia del Estado", advirtió.
"Para avanzar en las preguntas que estos datos nos muestran, que son muchísimos, la primera tarea es reflexionar en torno a las causas", sentenció Carmen Domínguez para concluir este debate
Información periodística: Cecilia Corbalán y Valentina Valenzuela