Los Programas de Sostenibilidad Corporativa y de Reformas a la Justicia dieron a conocer un inédito mecanismo para resolver controversias que se susciten al interior de los gremios, mediante el que se busca velar por el cumplimiento de su normativa ética. En la actividad, se reunieron destacados académicos, autoridades públicas y representantes del mundo empresarial. También tuvo una especial participación la Cámara de la Innovación Farmacéutica, primera asociación gremial en adherirse a este sistema.

El 16 de noviembre se llevó a cabo en el Aula Magna Salón Manuel José Irarrázaval el acto de lanzamiento del Sistema de Autorregulación y Buenas Prácticas Gremiales UC. Dicha actividad se inició con las exposiciones de los profesores y director del Programa de Sostenibilidad Corporativa UC, Juan Eduardo Ibáñez; el director del Programa Reformas a la Justicia UC, José Pedro Silva; y el Fiscal Nacional Económico, Ricardo Riesco.

Luego, la actividad continuó en dos paneles de conversación que fueron moderados por la periodista Angélica Bulnes. El primero de ellos estuvo integrado por la directora de empresas, Carmen Román; por el presidente de ICARE, Lorenzo Gazmuri; y por el director del Instituto de Éticas Aplicadas, Juan Larraín, quienes intentaron responder a la pregunta ‘¿Cómo fortalecer la confianza en las empresas?’. Por su parte, el segundo panel titulado ‘El rol de los gremios en la sostenibilidad’, contó con la participación de la vicepresidenta de la Cámara de la Innovación Farmacéutica AG, Mariela Formas; por el abogado UC y mediador del sistema, Juan Pablo Schaeffer; por el presidente de Generadoras de Chile AG, Claudio Seebach; y por la economista experta en transparencia y fundadora del Observatorio Fiscal, Jeannette von Wolfersdorff.

La apertura de esta actividad estuvo a cargo de la Vicedecana de la Facultad de Derecho UC, Carmen Elena Domínguez, quien destacó el trabajo comprometido y entusiasta del Programa de Sostenibilidad Corporativa UC y del Programa Reformas a la Justicia UC, ya que, gracias al riguroso trabajo académico y profesional realizado por sus equipos, durante más de dos años, es posible ofrecer un servicio que ayuda a fortalecer la confianza y contribuir a la sostenibilidad empresarial del mundo gremial. Y finalizó su discurso agradeciendo a los expositores y asistentes a la actividad, pues ésta es el fruto del trabajo de nuestra comunidad académica, un trabajo que, de un modo riguroso, crítico, y autónomo, contribuye a la tutela y desarrollo de la dignidad humana y de nuestra la herencia cultural.

Enseguida tomó la palabra el profesor Juan Eduardo Ibáñez, quien expuso sobre las motivaciones para crear este sistema y sus principios. Sobre este punto, señaló que este sistema se basa en los principios de imparcialidad, independencia, celeridad, eficacia y transparencia, y promueve una reflexión ética al interior de los gremios, de manera que libremente decidan sus estándares, pero que sean comunicados y revestidos de un mecanismo independiente que va a velar por su efectiva implementación.

Además, se refirió a los objetivos específicos del sistema, entre los que destacan promover la confianza y legitimidad del sector privado a través de un sistema independiente, robusto y externo; brindar una oportunidad a los gremios en la mejora de estándares y buenas prácticas empresariales, con orientación al bien común; y promover una gestión ética eficiente en las empresas, así como facilitar la gestión de las controversias entre asociados y sus grupos de interés.

Por su parte, el profesor José Pedro Silva explicó que este sistema administrará diferentes mecanismos de resolución de conflictos gremiales que afectan a asociados que forman parte de una asociación gremial. Todo ello, conforme a su respectiva normativa ética, las disposiciones legales pertinentes y a lo preceptuado en los reglamentos suscritos entre el sistema y la asociación.

El académico se detuvo con especial dedicación en la exigencia de resguardar la garantía del debido proceso, e hizo referencia a los órganos que conforman este sistema, compuesto de un Consejo, una Secretaría Ejecutiva y un Tribunal de Autorregulación encargado de conocer los reclamos interpuestos mediante un procedimiento especialmente regulado al efecto, en términos racionales y justos, y resguardando las garantías del debido proceso.

El fiscal nacional económico, Ricardo Riesco, fue el expositor invitado a esta actividad, quien, en su calidad de autoridad pública, ofreció una interesante reflexión sobre la naturaleza de este mecanismo y cómo convive con la institucionalidad existente en nuestro país. Al respecto, señaló que el Sistema de Autorregulación y Buenas Prácticas Gremiales UC no sustituye a los tribunales de justicia por infracción a obligaciones de rango legal, sino que se trata de una institucionalidad externa a los gremios, que impone sanciones disciplinarias por incumplimiento de autorregulaciones o buenas prácticas empresariales. Indicó, en definitiva, que se trata de obligaciones de rango supra o extralegal. Y agregó que este sistema es una respuesta adecuada a la contingencia, planteando que es un primer paso, pero no suficiente, y que las asociaciones gremiales también deben reaccionar al incumplimiento de normas legales por parte de sus asociados, como, por ejemplo, en casos de colusión.

En el primer panel de conversación que siguió a las exposiciones, Lorenzo Gazmuri enfatizó en la alta insatisfacción que los ciudadanos muestran tener sobre las empresas y en cómo mecanismos como este pueden colaborar en hacer frente a esta realidad.

Igual opinión sostuvo Carmen Román, quien, además, se refirió al rol de los líderes empresariales y gremiales en el trabajo por la confianza de las empresas. Al respecto, señaló que los buenos líderes tienen que ser protagonistas en este tema, y tienen que ser la cabeza central de la ética y la integridad.

Por su parte, Juan Larraín planteó la necesidad de fortalecer la confianza de todo tipo de instituciones, públicas y privadas, y de enmarcar la responsabilidad social dentro de un marco ético. Señaló que un elemento que permite que la sociedad confíe más en las organizaciones es hacer de la ética el verdadero carácter de estas organizaciones, y no sólo un agregado.

Finalmente, en el segundo panel, Mariela Formas abrió la conversación refiriéndose a los pasos que siguió la CIF para adherirse al Sistema. Al respecto, señaló que la CIF, durante dos años, debió desarrollar una serie de políticas, como unificar y reglamentar códigos de ética para homologar su entendimiento e interpretación entre los asociados. Y agregó que comenzaron mirando la experiencia internacional y entendiendo la importancia de generar confianza en la ciudadanía y entre pares. Así, enfatizó en la importancia de que la sociedad vea que la industria dejó de lado la autocomplacencia y que está siendo observada bajo la mirada externa.

Por otro lado, Juan Pablo Schaeffer se refirió a la relevancia de que los gremios adopten estos mecanismos antes de que los conflictos escalen, y de apostar por la prevención mediante la capacitación de las empresas y del estudio de sus códigos de ética. En ese sentido, señaló que ello no debe hacerse sólo por un “check”, sino porque todo eso mejora la forma de hacer negocios.

Jeannette von Wolfersdorff, en tanto, se refirió a la necesidad de mayor transparencia al interior de los gremios y a la importancia de asegurar la independencia y autonomía del sistema lanzado por la UC. También señaló que, si bien este mecanismo es un muy buen primer paso, los gremios tienen el desafío de generar sus propias propuestas para mejorar la regulación.

Finalmente, Claudio Seebach hizo referencia al rol de los gremios en la construcción del bien común, en tanto deben equilibrar su rol económico, social y ambiental, y poner el bien que producen al servicio del bienestar de la sociedad.

Información periodística: Programas de Sostenibilidad Corporativa y Reformas a la Justicia UC.

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