La abogado UC, Magdalena Valdivieso Tagle, fue la encargada de la confección del manto de 3,20 metros de largo de la Virgen del Carmen, asegurando que haber participado de esta tarea fue un regalo de principio a fin.
Más de dos años de trabajo le llevó a la exalumna de la Facultad, Magdalena Valdivieso, egresada el año 2003, confeccionar el manto de 3,20 metros de largo que lució la Virgen del Carmen en su procesión en septiembre pasado. "En mi rol como camarera de la Virgen decidí ofrecerme para vestir alguna imagen pequeña de la virgen, una chiquitita, perdida en un pueblito de la que quizás nadie se preocuparía. Mi sorpresa fue enorme cuando la respuesta fue: 'la imagen de la procesión es la que necesita un manto´", aseguró.
Un millón de emociones confusas pasaron por mi corazón cuando me encomendaron la misión. "¿Vestir yo a la Virgen del Carmen de la procesión? Esa imagen grande, preciosa, inmensa que me había mirado desde niña recorrer las calles detrás de ella y gritarle con el alma ¡Viva la Virgen del Carmen! ¿Sería capaz? La verdad es que no tenía idea en lo que me había metido. Sólo sabía que la Virgen lo necesitada y me lo había pedido y yo pondría todo de mi parte para hacerlo".
La tarea no fue sencilla. Las camareras de la Virgen del Carmen tienen como misión difundir la devoción a la Virgen y preocuparse de su vestimenta y ornamento, aseguró. "Tuve que ponerme a investigar y asesorarme de personas que supieran coser, bordar, de telas, etc. La etapa final de pegar los bordados del manto fue una tarea más bien colectiva", agregó, "en donde abrí las puertas de mi casa a quienes quisieran venir a bordar y se dio un efecto bien notable, de una seguidilla de personas que pasaron, de a ratos, a bordar durante las últimas dos semanas antes de la procesión".
Además, este año coincidió con las celebraciones de los 90 años de la coronación de la Patrona de Chile, por lo que la tarea era doblemente importante. "Participar en este proceso fue un regalo de principio a fin, un detalle amoroso de la Virgen de pedirme, que no soy una especialista, hacer su manto", explicó la misma. "Por otra parte, fue un regalo para mi familia, para mis hijos, que vivieron dos años con el manto en el living de la casa".