La abogada se integró al Poder Judicial en 1990 como secretaría en el Juzgado de Letras de San José de la Mariquina y este año fue ratificada como la duodécima mujer en la historia en asumir como Ministra de del máximo tribunal del país.
El pasado 14 de octubre y por acuerdo del pleno del Tribunal, la exalumna de la Facultad, Adelita Ravanales, juró como ministra de la Corte Suprema convirtiéndose en la duodécima mujer en la historia de Chile en alcanzar tal grado y la octava en ejercicio, sumándose a las actuales ministras Gloria Ana Chevesich, Ángela Vivanco, María Angélica Repetto, Rosa María Maggi, Rosa Egnem, María Eugenia Sandoval y Andrea Muñoz.
Sus inicios en el ámbito jurídico comenzaron a mediados de los años 80 cuando ingresó como alumna regular a la Universidad Católica.
¿Cómo recuerda su paso por la Facultad de Derecho UC?
Lo recuerdo con cariño porque en realidad fue una época que, aunque era convulsionada para el país, fue un periodo que como Facultad y como curso éramos muy cercanos a pesar de cualquier diferencia de criterio que podíamos tener. Había un ambiente muy cálido, de respeto, tolerancia y de aprendizaje mutuo.
¿Recuerda algún profesor que la haya marcado por su aprendizaje o por la forma de hacer clases?
Para mí fue super importante el profesor Crescente Donoso que hacia el ramo de Filosofía del Derecho y Ética. Era muy riguroso y estricto. También recuerdo al profesor Mario Mosquera, que, aunque venía de la Universidad de Chile, hizo un curso especial en la Facultad, una especie de optativo que se llamaba ‘El Ejercicio de la profesión de abogado ante los Tribunales de Justicia’. Se hablaba de la ética del abogado y fue muy particular y muy enriquecedor. En materias más sustantivas recuerdo a los profesores Víctor Vial y a Juan Arab de Derecho Procesal.
¿En qué sentido la formación como exalumna de Derecho UC le ha servido en su carrera?
Creo que siempre me he mantenido vinculada a esta alma mater al conservar la disciplina y el rigor de lo que uno aprendió en la Facultad. El aprendizaje de ahí me ha servido para la vida.
Inicios en el Poder Judicial
Adelita Ravanales ingresó al Poder Judicial en 1990 donde ejerció como secretaría en el Juzgado de Letras de San José de la Mariquina. Tras eso, se desempeñó entre 1991-2000 como relatora de la Corte de Apelaciones de Valdivia; como jueza del 19° Juzgado Civil de Santiago entre 2000 y 2002; y relatora de Corte Suprema en 2002. Su último cargo antes de llegar al tribunal supremo fue como ministra de la Corte de Apelaciones de Santiago entre 2007 y 2020.
Usted cuenta con una amplia trayectoria en el Poder Judicial, ¿cómo afrontará esta nueva etapa en la Corte Suprema?
Con esfuerzo, responsabilidad, con mucho estudio y además con humildad. Nunca hay que creerse el cuento, sino que tratando de servir al máximo a los demás. Uno no podrá tener todas las condiciones, pero con esfuerzo se pueden sacar las cosas adelante.
¿Esperaba ser nombrada ministra de la Corte Suprema?
Uno lo tiene como una proyección en su carrera, pero no lo imaginé como aconteció. Tampoco me lo imaginaba ahora tan inmediato, pero siempre está en uno poder llegar a la Corte Suprema. Es como la meta, una aspiración para poder contribuir al desarrollo del Poder Judicial no obstante que uno lo pudiera hacer desde cualquier cargo. No me moría por llegar (a la Corte Suprema), no era algo esencial. Se dio de una manera mucho más fluida y tranquila de lo que hubiera imaginado. Las circunstancias de dieron y permitieron de que llegara a la Corte Suprema en esta oportunidad.
¿Cuáles cree que son los mayores desafíos de la Corte Suprema en la actualidad?
Creo que la Corte Suprema tiene muchos desafíos y hay que asumirlos como Poder Judicial en general: tener una justicia que sea oportuna, cercana y clara.
“Busquen su vocación y háganlo lo mejor posible”
¿Qué le diría usted a los alumnos que quieren hacer carrera en el Poder Judicial? ¿En qué se deberían enfocar?
Lo primero es que cada alumno de Derecho UC debe seguir su vocación. Habrá algunos que les guste la litigación, a otros les gustará la judicatura. Uno tiene que buscar lo que realmente quiere porque la profesión otorga muchas posibilidades de desarrollo. En lo personal, invitaría a los alumnos a que se animaran a indagar y a conocer lo que es el Poder Judicial porque además para los futuros litigantes a veces el Poder Judicial es una cosa extraña, misteriosa y un poco oculta pero no lo es. La carrera es apasionante y se realiza una labor muy linda y reconfortante. Mi consejo es que busquen su vocación y que a lo que se dediquen lo hagan lo mejor posible.