Adolfo Wegmann, profesor del departamento de Derecho Privado UC.
El libro que comentamos representa en lo fundamental una versión revisada de la tesis doctoral exitosamente escrita y defendida por Nathalie Walker Silva y calificada como “sobresaliente cum laude”, en el marco del programa de Doctorado en Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile, bajo la dirección del Prof. Dr. Carlos Amunátegui. En una obra de apretadas 513 páginas (incluidas 38 páginas de bibliografía), la autora, profesora de derecho civil en la Universidad Andrés Bello, analiza con profundidad y espíritu crítico una institución que lamentablemente hasta ahora no había despertado en la dogmática civil nacional todo el interés que merece, a pesar de su evidente importancia tanto teórica como práctica. En cuatro capítulos, relativos respectivamente a los antecedentes históricos de la rescisión, el lugar que ésta ocupa dentro de la ineficacia de los actos y contratos, los supuestos rescisorios contenidos en el Código Civil chileno, y la acción rescisoria y las consecuencias de su ejercicio, la Dra. Walker ofrece al lector un estudio completo y sistemático de la rescisión en general y de aquella por lesión en especial, en el derecho chileno, conjugando adecuadamente el método histórico-crítico, por una parte, con el método dogmático, por la otra.
A grandes rasgos, la autora, superando la doctrina tradicional que identifica la rescisión con la nulidad relativa, propone una conceptualización unitaria de la primera como ineficacia en general, en el entendido que “invalidar”, “anular”, “revocar” y “resolver” un acto no serían sino formas de “rescindirlo”. Así, afirma que la rescisión es el “remedio jurídico que permite obtener la reparación de un perjuicio económico que el contrato ha ocasionado a determinadas personas, consistente en hacer cesar su eficacia” (p. 453). En lo que concierne específicamente a la rescisión por lesión, que la autora, en el marco de una división de los supuestos rescisorios en tres categorías, la incluye entre aquellos basados en razones de equidad y justicia conmutativa (p. 454), se sostiene que el aspecto fundamental sería el restablecimiento del equilibrio contractual vulnerado (p. 455).
Al margen de la indudable calidad intrínseca de la obra, en la que se entrelazan armónicamente cuestiones de naturaleza civil y procesal, es particularmente digna de destacar la circunstancia que la autora fundamenta su tesis central –la que, como decíamos, contradice valientemente la doctrina mayoritaria– sobre la base sólida de un extenso estudio histórico de las fuentes que inspiraron las normas pertinentes de nuestro Código Civil en esta materia, en un ejercicio de historia dogmática que demuestra que si bien la dignidad de la tarea cognoscitiva del historiador del derecho no radica tanto en fundamentar reglas o principios jurídicos actuales, sino más bien en la intrínseca historicidad de nuestra propia existencia, ello no obsta a que una historia del derecho consciente de sus potencialidades nos ayuda a comprender mejor los contextos que han dado lugar a las normas vigentes y, con ello, el sistema dentro del cual operamos, con mayor profundidad y espíritu crítico. Más allá del juego de palabras, el estudio de los dogmas jurídicos, la historia dogmática, puede ser nuestra principal defensa contra eventuales dogmatismos, para no violentar el genuino sentido de las reglas contenidas en el Código Civil, el cual, como toda obra humana, es esencialmente un producto histórico.
En suma, el libro de la Dra. Walker es un significativo aporte tanto para la dogmática civil como para la historiografía del derecho privado patrio, por lo que está llamado a constituir una obra de referencia obligada en todo acercamiento teórico o práctico a la institución de la rescisión por lesión en el derecho civil chileno.