Diario Financiero

Gabriel Bocksang 250x250

Definitivamente, el 2025 fue un annus horribilis para el Poder Judicial. Los escándalos incluso obligaron a que los candidatos presidenciales se sumaran al debate y plantearan medidas en torno al nombramiento de jueces e incluso el fortalecimiento de instituciones.

¿Cómo se observa lo sucedido desde las principales facultades de Derecho de las universidades del país? Si bien se reconoce que se está frente a una crisis muy profunda y grave que afecta a toda la profesión jurídica, no solo al Poder Judicial, se resalta el aporte significativo que pueden entregar las casas de estudio, junto con advertir que la ética está en la formación que imparten.

Cuatro decanos de algunas de las facultades de Derecho más importantes del país reflexionan en torno a esta crisis, dejando entrever que al menos quedarse inmóvil ya no es una opción.

PUC: “La ética no se agota en la existencia de códigos de ética, sino que apunta a realidades mucho más profundas”

“No cabe ninguna duda de que es crucial el fortalecimiento de la institucionalidad de nuestro país”, asegura el decano de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Gabriel Bocksang. Sobre qué hacer para que la ciudadanía confíe en el Poder Judicial, dice que “una mirada integral” al problema “requiere de una visión panorámica”. Y se explaya: “La confianza requiere que abordemos elementos objetivos, es decir, las adecuaciones institucionales que se requieran. Pero la confianza también entraña un elemento personal, según el cual la confianza florece frente a la constatación de un comportamiento virtuoso de quienes desarrollan una determinada actividad”, dice.

Así, “si logramos avanzar en ambas dimensiones, avanzaremos en la confianza en el Poder Judicial o en cualquier otro ámbito de nuestra sociedad”.

Y advierte que “la ética no se agota en la existencia de códigos de ética, sino que apunta a realidades mucho más profundas, que deben comprometer al ser mismo de las personas, a través de la lógica de la virtud”.

“Cualquier facultad de Derecho, consciente de estar formando personas, debe promover en sus estudiantes un comportamiento virtuoso, con hábitos que los orienten hacia el bien”, concluye.

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