El Mercurio
Si bien entre los investigadores del caso del triple homicidio de carabineros en Cañete, en la Región del Biobío, existe claridad de una acción para infundir 'terror' en la población y en la policía uniformada, no se indaga un delito terrorista. Ello para evitar los obstáculos y nudos de la ley, que por lo mismo se encuentra en proceso de reforma.
De esta forma, creen, bajo la figura de asociación ilícita, homicidio de carabineros en ejercicio de sus funciones y robo de armas entre otros, se pueden obtener penas más altas y usar igualmente medidas intrusivas. Así lo hizo la Fiscalía Metropolitana Sur con el denominado 'Lobo Solitario', Camilo Gajardo, condenado por el envío de paquetes bombas a distintas personas, entre ellos el expresidente de Codelco, Óscar Landerretche.
Ahora, conocedores de esta indagatoria explican que quienes asesinaron a los carabineros —el sargento Carlos Cisterna (43) y los cabos primero Sergio Arévalo (34) y Misael Vidal (30)— serían parte de una 'estructura', de tipo crimen organizado, con fines asociados a infundir 'miedo', conseguir 'poder territorial', 'autofinanciarse' y obtener armas; no obstante, optan por la Ley de Control de Armas y otras figuras penales en el caso.
Perfilan 'blancos': grupos de chilenos que buscan recuperar control territorial
La fiscalía regional del Biobío, que fue reemplazada ayer por la de La Araucanía (ver recuadro), junto a todas las unidades especializadas de Carabineros, como OS9 y Labocar, ya perfilan los primeros 'blancos' en el caso: chilenos, que buscan reestablecer el control territorial en la zona, tras una baja de incidentes violentos en la ruta que une Cañete con Tirúa, pasando de 49 hace en 2021 a siete este año.
Según parte del expediente, las pesquisas partieron la madrugada del domingo. 'Se tomó contacto telefónico con el Fiscal de Turno de la Fiscalía Local de Cañete, Danilo Ramos Silva, quien dispuso: concurrencia de personal Labocar, OS9 y la conformación de un equipo, multidisciplinario por parte de Carabineros, Resguardo del sitio del suceso'.
Misma carpeta que revela distintas pistas de la fiscalía, como las primeras imágenes del sitio del suceso. Y una de las línea de investigación apuntan a estas estructuras criminales que esperan detener en breve tiempo. En la zona las más conocidas, comentan, son la Weichan Auka Mapu (WAM) y la Resistencia Mapuche Lafkenche (RML).
Para ello, se dispusieron diligencias y controles policiales para identificar a las personas que circulan en la zona y obtener pistas, medida que dejó el fin de semana tres retenidos, que luego fueron liberados.
Se comenta el terror se infundió con la quema del vehículo blindado, sin embargo, también se explica a este medio que el objetivo era eliminar evidencia. Esto porque, presumen, los mismos asesinos de los carabineros habrían conducido desde un primer sitio del suceso al segundo, el de la quema del vehículo blindado a la altura del kilómetro 24 de la ruta P-72-S comuna de Cañete.
Cerca de cinco kilómetros desde lugar de ataque a lugar donde se halla camioneta
Pero otra pista importante es el primer sitio del suceso, que sería camino a Tirúa, lugar donde los mártires habrían concurrido a efectuar el control de una medida cautelar. Estos controles exponen a los uniformados, comentan en la institución.
Y revelan que en la macrozona Sur están a cargo de 450 medidas de protección. Servicio que se podría prestar por particulares.
El lugar de la cautelar donde fueron asesinadas las víctimas ahora se constituye como el primer sitio del suceso para los investigadores, donde también realizan distintas diligencias, una de ellas incluye la revisión de las últimas conexiones de los teléfonos celulares de los carabineros, para georreferenciarlos. Esto porque la camioneta, añaden, no cuenta con GPS.
En el lugar se habría realizado una emboscada: habrían esperado a que los funcionarios se bajaran del automóvil para atacarlos.
Este momento es el que habrían aprovechado los hechores. Se analiza si en ese contexto deciden subirlos a la camioneta para conducir hasta la ruta P-72-S.
'Producto de los hechos ocurridos, resultó con daños en su totalidad producto de la acción del fuego la AP-2875, marca Nissan, modelo Navara', dice parte del expediente.
También puntualiza que, 'de conformidad a la planificación de despliegue que mantiene el personal de las Fuerzas Armadas en la zona, no se encontraba considerado personal de servicio en el sector, concurriendo posteriormente en apoyo al lugar del evento'.
El crimen en el primer sitio del suceso se sustenta, además, en que los cuerpos no estaban amarrados, indican. Es decir, no tuvieron que reducirlos.
Eventual 'autofinanciamiento' y robo de armas
Primero había varias hipótesis sobre los hechos y el móvil del triple crimen, las que incluían un posible acto del crimen organizado asociado al 'narco', debido a que los propios vecinos mencionaban un 'aumento' de drogas en la zona, por ejemplo, y no se descartaba la participación de extranjeros, debido a la 'crueldad' de los hechos.
No obstante, la causa avanza hacia una línea de investigación contra grupos chilenos, una asociación ilícita, y como el objetivo de estos grupos sería infundir 'terror', pero también 'autofinanciarse', se analiza ahora con mayor atención el robo de armas de los policías, pues no estaban al interior de la camioneta, pese a que salieron con UZIs, pistolas, escopetas y un número significativo de munición.
Un documento de la causa da cuenta de que solo el sargento primero Carlos Cisterna portaba 'una pistola, con 30 municiones de 9 milímetros, una UZI, con 50 municiones 9 milímetros, un chaleco antibalas y casco balístico'.
Mientras que el cabo primero Sergio Arévalo llevaba consigo, según registro del libro de la Cuarta Comisaría de Los Álamos, 'una pistola, con 30 municiones 9 milímetros, una escopeta, chaleco antibalas, casco balístico y cámara corporal Go Pro'.
Se detalla, además, que el cabo primero Misael Vidal fue al lugar con 'una pistola, con 30 municiones 9 milímetros. Una Uzi, con 50 municiones 9 milímetros, chaleco antibalas y casco balístico'.
Buscaban 'impacto a nivel nacional' y 'delincuentes organizados', según penalistas
Según la abogada y profesora de la Universidad Católica, María Elena Santibáñez, querellante en casos de terrorismo, se justifica el uso de otras figuras penales para la investigación. 'Van en la línea correcta, porque ha sido la única solución para poder hacer frente a investigaciones complejas, frente grupos que están organizados', dijo sobre descartar la Ley Antiterrorista.
Sobre los delitos, añade, que al parecer se buscaba 'generar un impacto a nivel nacional, esto es infundir temor en la población y, en este caso, de un grupo específico que se trataría de Carabineros de Chile, de poder ser víctimas de hechos de la misma naturaleza, lo que claramente respondería probablemente al sistema del delito terrorista, sin embargo la ley que fija conductas terroristas tradicionalmente ha sido muy difícil de poder aplicar precisamente por la necesidad de comprobar el ánimo especial, de infundir temor, que supone muchas veces que la prueba se torne débil'.
Subraya que 'hoy día se cuenta con leyes que otorgan mayor cantidad de técnicas de investigación, además que tienen vinculadas o están asociadas a penas mayores de tal manera que se hace mucho menos complejo, dentro de lo complejo que es, investigar a la fiscalía al alero de esas leyes más que la invocación sobre conductas terroristas'.
El abogado Marcelo Sanfeliú dice, por su parte, que 'efectivamente la ley antiterrorista establece ciertas técnicas de investigación que son mas intrusivas o eficaces, pero tienes la dificultad de probar este ánimo especial de infundir temor en la población. Entonces, hoy y a contar de junio del año pasado, se modificó el Código Procesal Penal con la ley 21.577 que sanciona el crimen organizado. Y existen hoy técnicas de investigación, como el uso de agentes encubiertos, agentes reveladores e informantes, entre otras, que es posible utilizar en aquellos casos de crimen organizado. Así en estos casos donde el fiscal investiga asociaciones delictivas, es posible usar este tipo de agentes policiales con estas características, incluso con posibilidades de cambio de identidad de los agentes encubiertos, reveladores e informantes'.
El académico de la Universidad Católica, Jorge Gálvez, explica: 'En mi opinión, en esta fase inicial de la investigación, la hipótesis de un posible delito terrorista es una línea de investigación plausible pero desde luego no la única'. 'No cabe descartar que se trate de cuadros criminales que hayan mutado desde la criminalidad organizada común a la criminalidad organizada de corte terrorista, es decir, que se trate de delincuentes comunes organizados para el tráfico de drogas el robo de madera u otras actividades con fines fundamentalmente de lucro, pero que hayan comprendido que la utilización de medidas atroces, capaces de infundir miedo en la población'.