El Mercurio
Esta semana el pleno de la Convención Constitucional aprobó diversos artículos respecto del Poder Judicial, lo cual ha sido ampliamente analizado en su diario. Pero ha pasado desapercibido el artículo 12, según el cual 'uniformar la interpretación del Derecho' constituye una función esencial de la Corte Suprema. Como se ve, en un instante de lucidez democrática, la Convención hace una propuesta conectada con la seguridad jurídica y el valor superior de la igualdad ante el Derecho.
Es efectivo que la tarea de uniformar la adjudicación del Derecho es consustancial a la existencia de toda Corte Suprema a la cabeza de cualquier sistema nacional de justicia. Así también lo afirmó a este diario el presidente de la Corte Suprema el domingo pasado. Lo anterior está conectado con la elaboración de una cultura de precedentes, lo que es una función implícita de la Corte Suprema, dada su calidad de tribunal de casación. No debe olvidarse que leyes específicas le han encargado la unificación de la jurisprudencia a esa Corte, pero lamentablemente, como sabemos, esa tarea no se ha cumplido cabalmente.
Entonces, para que ese poder sea consecuente con ese designio anunciado por su presidente, quizás ha llegado la hora de regular la materia por la vía interna de un auto acordado, sin esperar para ello una nueva Constitución, donde se aborden las medidas concretas para evitar los zigzags de la jurisprudencia.
