The Clinic

Profesora María Elena 158x158

El año 2007 cuando Daniela Espinoza tenía apenas 14 años, debió afrontar una de las etapas más complicadas de su vida. Ese año pasó una gran cantidad de meses en un proceso judicial en contra de su padre, quien la abusó sexualmente periódicamente desde que tenía 12.

Los hechos por los que Daniela y su madre acusaron al hombre fueron probados durante el proceso y, finalmente, él fue condenado a 15 años de cárcel por el delito de violación de menores.

Daniela recuerda que en aquel entonces, pese a que era una adolescente, poco entendió de la sentencia a su abusador. La distancia entre ella, una menor de edad y el fallo redactado por las autoridades judiciales, reconoce hoy a sus 30 años, le hizo prácticamente imposible entender el castigo a su agresor y menos darle un valor a su participación en el proceso.

Todo recayó en manos de su círculo familiar, quienes con las herramientas que tenían intentaron explicar los documentos judiciales escritos con un lenguaje jurídico frío y difícil de entender.

“Desde mi experiencia, puedo decir que casi todo lo que ocurre en estos casos judiciales que involucran menores es muy adultocentrista. Yo creo que hay un afán de protección a los niños, pero no les dicen nada en torno a lo que se vivió. Uno no entiende muy bien cuándo y cómo se termina el proceso. Solo sabes que se acaba”, reflexiona hoy Daniela sobre lo que vivió.

La búsqueda de una justicia más amigable

14 años después del traumático episodio vivido por Daniela, específicamente el pasado 29 de noviembre del 2021, ocurrió un hecho inédito en la historia del sistema judicial chileno.

Los jueces del 5to Tribunal de juicio Oral en lo Penal de Santiago elaboraron una carta para una menor víctima de abuso, en la que le explicaron en un lenguaje claro y coherente con su edad, la sentencia que dictaminaron en contra de su agresor.

El escrito señalaba lo siguiente: “Me contacto contigo porque hace un tiempo, cuando viniste al Tribunal nos contaste lo que te hizo ‘X’. Pues quiero decirte que fuiste muy valiente por atreverte a contar lo sucedido”.

Se agrega en la misiva: “Ese día te escuchamos a ti, a tu mamá, a tu abuelita y otras personas más y los jueces, decidimos castigar a “X”. Ese castigo lo cumplirá siendo vigilado todo el tiempo, para que aprenda a portarse bien y no le vuelva a hacer daño a otros niños. Él tiene prohibido acercarse a ti; si lo hiciera se tiene que informar a las policías”.

La carta redactada por el juez Gianni Pozzi y enviada a la niña (cuya identidad se mantiene en reserva), aconteció a partir de una iniciativa impulsada por los abogados del Proyecto Niñez de la Clínica Jurídica UC, quienes como querellantes la solicitaron una vez ejecutoriada la sentencia.

La abogada María Elena Santibáñez, quien lidera Proyecto Niñez explica que la iniciativa tuvo una buena recepción inicial entre los actores del Poder Judicial: “De hecho hicieron un vídeo fomentando como buena práctica el tema de hacer esta sentencia en fácil. Esto porque no hay transgresión de ninguna norma”.

En el video, elaborado por el Poder Judicial, es el propio juez Gianni Ponzi quien explica los alcances de la medida: “Me pareció completamente atendible la solicitud de la querellante, considerando además que los niños son nuestro futuro y tenemos que darle un presente adecuado para que puedan desarrollarse de forma sana y completa. Eso es lo que se hizo y me alegro mucho que tenga buena acogida”, indicó.

A partir de ese primer caso, la abogada María Elena Santibáñez, comenta que “les pedí a todos los abogados que trabajan conmigo que en todas las causas que tenemos, en todas las que hemos obtenido sentencias en el último año pidamos a los tribunales la confección de la sentencia en fácil”.

Hoy, en total, son siete las solicitudes presentadas, la que han concluido en dos cartas destinadas a las víctimas, la segunda escrita por la jueza Marcela Labra del 12º Juzgado de Garantía de Santiago.

“Las leyes existen para eso: para protegerlos a todos ustedes, niñas y niños, sus vidas, su salud, su cuerpo, sus sentimientos, todo lo que necesita ser cuidado. Nadie debe hacerles daño de ninguna manera, y si eso ocurre, tienen que saber que siempre pueden contarle y pedir ayuda a las personas a quienes le tengan confianza”, fue parte de la carta enviada a otra menor víctima de abuso sexual.

Resistencia de algunos jueces

María Elena Santibáñez comenta que todas las solicitudes de cartas que expliquen las sentencias se hacen con la aprobación de las víctimas (los menores de edad) y sus familiares. Comenta que la recepción por parte de los niños es positiva e incluso reparatoria.

En el primer caso que tuvimos le leyeron la carta a la niña en voz alta. Ella estaba feliz, porque en el fondo siempre está esa figura del Tribunal como muy lejos de la gente y en el caso de lo niños para qué decir. No es nada contenedor y se ve la imagen donde los niños deben declarar con toda la angustia que rodea ese tema”, indica.

Sobre la redacción de las cartas, Santibáñez agrega que esta se hace a partir de un borrador, en el que los jueces pueden hacer los cambios que estimen.

Esto tampoco es pedirles un trabajo extra a los jueces, es entregarles un borrador en el que decimos “háganle cambios si pueden, pero en el fondo es lo que salga de ustedes. En la segunda carta la jueza incluso le puso agregados de su parte, fue muy empática”, asevera.

A pesar de la buena acogida de las solicitudes de redacción de sentencia en un lenguaje más simple y destinado a niños, niñas y adolescentes por parte del Poder Judicial, Santibáñez asegura que ha habido episodios de resistencia en algunos tribunales.

Nos pasó con un tribunal en específico que hemos pedido en dos o tres casos que se niega a hacerlo. Dice que ya no es competente porque está en fase de ejecución(….) Como esta materia no está regulada en la Ley en el fondo deben pensar “a lo mejor estoy trasgrediendo algo”, de hecho en el primer caso que presentamos la defensa se opuso y solicitó que no lo hicieran, que ya se había condenado al tipo. Incluso argumentó que con esto se podía victimizar más a la niña y eso es todo lo contrario”, indica la abogada.

¿Una Ley de justicia amigable?

Con respecto a la resistencia y rigidez de algunos miembros del poder Judicial, María Elena Santibáñez comenta que una buena opción es que la iniciativa se convierta en materia de Ley

Lo ideal es que esto termine siendo materia de Ley que permita abiertamente la posibilidad de solicitar esto. Parece necesario como un elemento que ayude a la reparación. Esto es algo que no cuesta nada, podría ser una Ley que se llame Justicia Amigable con Niños, que incluya varias cosas y esta como una de ellas”, indica.

Daniela Espinoza, conoció los alcances de la iniciativa de la Clínica Jurídica de la Universidad Católica. Ella, como sobreviviente de abuso sexual, cree que es una iniciativa justa con los menores de edad y una herramienta que le hubiese gustado que existiera en su caso.

“Yo fui súper protegida en mi proceso judicial, pero igual fue súper frío y súper lejano a pesar de que yo era una adolescente. Me hubiese encantado que me contaran bien en qué terminó porque yo me acuerdo que cuando salió la sentencia la leí, pero no entendí casi nada. No había a quién preguntarle porque se había acabado el proceso. Uno queda con un papel en la mano que no entiende”, comenta la mujer.

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