El Mercurio

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Diversas reacciones causaron entre seis académicos, tres de ellos exministros del Tribunal Constitucional (TC), las propuestas de modificaciones al Poder Judicial. Estas fueron realizadas por ocho de los 19 integrantes de la comisión de Sistemas de Justicia de la Convención Constitucional, quienes presentaron una propuesta este viernes para la nueva Carta Fundamental.

El documento fue elaborado por integrantes de Chile Digno, Movimientos Sociales Constituyentes, Pueblos Originarios, Frente Amplio, Colectivo del Apruebo e Independientes por una Nueva Constitución, que contarían con los 10 votos —de 19— para aprobar la iniciativa.

La moción comenzaría a votarse en enero próximo.

Sintonía entre Constitución y tratados internacionales

El texto incluye diversos principios que regirán al Poder Judicial, el que según la propuesta se llamaría Sistemas de Justicia.

Debate generó el principio de independencia jurisdiccional e imparcialidad, en el cual los convencionales sostienen que 'los tribunales de justicia y los demás órganos encargados de ejercer la función jurisdiccional serán independientes, debiendo actuar y resolver de forma imparcial, con exclusivo sometimiento a los instrumentos internacionales de derechos humanos, a la Constitución y a la ley'.

En la iniciativa también se considera imprescindible que se establezca 'que la Carta Fundamental mandate de forma clara y precisa a los órganos que ejercen jurisdicción la defensa y promoción de los derechos fundamentales como prioridad en su tarea. Lo anterior, considerando la trágica experiencia que ha vivido nuestra sociedad, donde la masiva y sistemática violación a los derechos humanos han quedado en su gran mayoría impunes'.

La mayoría de los entrevistados cree que esto es un indicio de que los tratados internacionales serán incorporados en la nueva Carta Fundamental como supraconstitucionales. Algo que ocurrió en Colombia, Perú y Argentina.

Además, ello va en la misma línea de lo que ha planteado el propio Pleno de la Corte Suprema, que es partidario de incluir explícitamente en la nueva Constitución que los tratados internacionales de derechos humanos son supraconstitucionales, lo que significa que se debe garantizar que estos derechos están por encima del propio ordenamiento interno.

Así se resolvió, según el documento que se acordó el 21 de abril en la segunda sesión de las 'Jornadas Constitucionales', que es parte de sus recomendaciones a la Convención.

Son partidarios de ello 'en atención al desarrollo progresivo del derecho internacional y al impacto que genera en la protección, realización y protección de los derechos humanos'.

Y también creen que en la nueva Constitución debe existir un procedimiento de ejecución de sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el que podría estar radicado en la Corte Suprema.

Así, a su juicio, se 'reforzaría el deber de cada juez en orden a dar aplicación al derecho internacional de los Derechos Humanos como normas que están por sobre la Constitución'.

Javier Couso, profesor de Derecho Constitucional de la UDP, piensa que 'no es novedoso, ya que lo ha intentado Colombia. Tiene una cierta lógica que los tratados internacionales de Derechos Humanos estén por sobre la Constitución en materia de derechos fundamentales, ya que podría ocurrir que Chile incurriera en una infracción a sus obligaciones internacionales'.

Agregó que otra cosa importante es que esto 'sea acompañado por una ley porque se corre el riesgo de quedar en una mera declaración. Por ejemplo, una ley de implementación para cumplir los fallos de la CIDH, lo que ha hecho que sea un poco vaga la forma en que se cumplen'.

El constitucionalista Jorge Contesse cree 'que la nueva Constitución tomará una postura inequívoca respecto del valor que tienen los tratados internacionales sobre derechos humanos, en consonancia con lo que es el constitucionalismo moderno, que entiende que hay y debe haber sintonía entre lo que contempla el texto constitucional y los tratados internacionales. Es importante que este tema se despeje, pues en mi opinión desde la reforma de 1989 ha originado una discusión innecesaria en Chile'.

Para el exministro del TC y académico de la Universidad de Chile Enrique Navarro, 'es muy importante que la función jurisdiccional quede radicada en los tribunales de justicia, prohibiendo a la administración su ejercicio, tal como lo ha reconocido la doctrina y jurisprudencia constitucional. Es fundamental que ni el Presidente ni el Congreso intervengan en dichas labores'.

Respecto de los tratados internacionales, comentó 'que estos desde 1989 obligan a los órganos del Estado, incluyendo los jueces. El punto es cómo se deben interpretar las normas contenidas en los tratados, compatibilizándolas con el orden interno, a cuya cabeza se encuentra la Constitución'.

'No es conveniente'

Una opinión distinta tiene el profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de los Andes Hernán Corral. 'Me parece que no es conveniente, porque va a favorecer que los jueces se salten la ley invocando las normas abiertas y amplias de la Constitución y de los tratados internacionales de DD.HH., con lo que el ‘activismo judicial' que estamos viviendo (sobre todo en la Tercera Sala de la Corte Suprema) se intensificará. Pienso que los tribunales deben resolver conforme a lo que dispone la ley, y si encuentran que esta se contrapone a la Constitución o a los tratados internacionales de DD.HH. deben solicitar que se declare su inaplicabilidad por inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional o el órgano que haga sus veces'.

Inseguridad jurídica y protección

El expresidente del TC y profesor de la U. de los Andes Raúl Bertelsen estima que 'el término de ‘instrumentos internacionales de derechos humanos' es muy impreciso. Utilizarlo para fundamentar sentencias generaría una gran inseguridad jurídica'.

El constitucionalista y docente de la PUC Arturo Fermandois sostiene que 'en cuanto a la obligación de los jueces de fallar de acuerdo a los tratados internacionales de DD.HH., este es un tema importante, pero comienza en el lugar equivocado'.

El abogado añade que 'nadie cuestiona que son normas que deben ser seguidas por los jueces, pero el orden correcto es la Constitución y luego los tratados internacionales y leyes. Primero hay que definir la jerarquía y definir si vamos a atribuir un rango supraconstitucional a los tratados internacionales de DD.HH. o no en la nueva Constitución, antes de obligar a los jueces a regirse por un instrumento'.

Igual cree que 'es positiva y correcta la protección de derechos humanos'.

Suprimir abogados integrantes

Respecto de suprimir a los abogados integrantes, Corral no está de acuerdo, porque 'parece que no se ha dimensionado el enorme gasto que implicaría tener jueces suplentes. La institución de los abogados integrantes puede ser corregida para evitar que sea politizada (cabe asumir que sean las mismas cortes las que los designen) y también mediante la prohibición de que ellos ejerzan la abogacía por todo el tiempo que dure su cargo'.

Bertelsen concuerda con que eliminarlos 'exige crear ministros suplentes en las cortes de apelaciones y en la Corte Suprema. En esta, al menos debiera haber un suplente por sala'.

Navarro también es partidario de tener ministros suplentes, como en el TC.

A Couso, en tanto, le 'gusta el fin de los abogados integrantes porque esto es de un país bananero. Chile, con el per cápita que tiene, puede pagar y tener jueces suplentes, como lo hace el TC. No puedo creer que tengamos abogados integrantes que además litigan e integran la Corte. No conozco países desarrollados que tengan este sistema'.

Contesse también adhiere a eliminar esta figura. 'Los abogados integrantes deben y creo que van a desaparecer. Son una anomalía y, como lo reconoce la propuesta, es una institución que se presta para faltas y abusos. Ahora, creo que sí es útil mantener la posibilidad de que personas externas a la carrera judicial, que no tengan conflictos de interés, puedan integrarse a ella'.

Mientras que Fermandois concluye que 'es importante avanzar en el tema, pese a que todos los gobiernos han designado a los propios, pero es un tema que lleva muchos años buscando la mejor fórmula'.

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