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Sebastián Soto Velasco analizó desde una mirada constitucionalista lo que está pasando actualmente en la política chilena y lo que se viene en el proceso de una nueva Constitución.
De acuerdo a su análisis, el calendario constitucional para este año está “tremendamente cargado a la participación eleccionaria, pero además a partir de abril y durante un año, la convención va a estar discutiendo muchos temas que no discutimos, por lo que creo que va a haber un momento muy enriquecedor o también puede ser terriblemente disruptivo”.
Respecto a cómo se relaciona la política con la creación de una nueva Constitución, el abogado afirmó que “se cruza en todo momento, porque la Constitución es un pacto político y el análisis de la historia constitucional chilena y el momento que vivimos actualmente no puede desligarse de la historia de esta propia Constitución”.
Además, en relación con la crisis política que sufre el país en este momento, afirmó que el desapego político hacia la Constitución actual comenzó con las reformas en los años 2005, 2008, 2009 y 2011, que “nos llevaron a una tendencia de completa crítica de un sector político a la Constitución. Siempre he dicho que una Constitución no puede sobrevivir mucho tiempo si es que la mitad de la política le da la espalda como ocurrió a partir del 2014”.
El académico de la Universidad Católica cree que para salir de esta crisis política y constitucional, es necesario identificar un problema: “toda constitución busca resolver un problema, creo que nosotros nos hemos olvidado de preguntarnos cuál es problema que queremos resolver. Luego uno entra más de lleno a cada uno de los temas que son propiamente constitucionales”.
Finalmente, y entre muchas otras cosas que conversó, dijo que la causa principal de los problemas es que “nos olvidamos de la parte de la Constitución no escrita, que requiere ser respetada y convicción”. Con eso se refiere a que es un conjunto de reglas que no están expresadas de forma jurídica, pero sí forman parte de convicciones de aquellos que se desenvuelven en el escenario político.
Para entenderlo mejor, dio un ejemplo: “En el Congreso, en la política legislativa, indica y muestra que los presidentes de las cámaras son árbitros, no son jugadores. Interpretan los reglamentos con cierta neutralidad y se plantean frente a los conflictos en las cámaras con cierta neutralidad, yo creo que eso ha cambiado, solía estar”.
