El Mercurio

Carmen Dominguez 158x158

Las generaciones más jóvenes son las más reacias y, para algunos, incluso el cuidado del medio ambiente es relevante.

Hasta el 2 de diciembre, el Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) del Ministerio de Salud había registrado 176.228 nacimientos en el país, proyectándose este 2020 como el año con la menor cifra de natalidad desde 1950.

El actual escenario de crisis económica, derivada del estallido de 2019, y sanitaria, por la posterior pandemia, mantiene postergada la idea de la maternidad y paternidad sobre todo en las generaciones más jóvenes, aseguran los especialistas. Y para algunos se suma incluso un tercer factor: la crisis climática.

La estudiante de Pedagogía en Historia Anastasia de Berrio-Ochoa (22) asegura que 'gracias a la pandemia reafirmé mi postura de no querer tener hijos'.

'No quiero que lleguen a un mundo como el de hoy y tengan que sufrir solo porque yo quiero ser mamá', añade.

Necesidad de política pública

'Tenemos una población pasiva cada vez más grande, que tiene que ser soportada por la población activa', plantea la directora del Centro UC de la Familia, Carmen Domínguez, y advierte las consecuencias individuales del fenómeno. 'Esto va generando más personas solas, sin una red familiar que los acompañe, particularmente en la tercera edad', señala.

Aunque las razones de la baja natalidad apuntan casi siempre a la incorporación de la mujer al trabajo, en Chile, dice, hay que sumar otras, como 'las dificultades que experimentan las mujeres, los matrimonios, en un país donde el costo de la vida se ha ido encareciendo, donde no tenemos un Estado que cubra salud y educación de manera tan masiva y donde todavía no hay corresponsabilidad parental ni familiar desarrollada'.

La experta se refiere también a ejemplos exitosos de políticas públicas sobre natalidad, como Francia, que en los años 80 implementó rebajas tributarias para contratar a cuidadores para los hijos y bonos para educación preescolar y nacimientos.

Esta clase de medidas dependen de la cultura local y se necesita una radiografía de la realidad familiar que, puntualiza, en Chile no existe: 'Ese es el problema, nos faltan datos y los que tenemos son demográficos'.

El factor climático

Amy Franklin (23) es estudiante universitaria y reconoce que no quiere tener hijos 'por la condición mundial, social y política en que vivimos'.

'Ser madre es una decisión, y como mujeres debemos tener la libertad de elegir. Creo que es una responsabilidad muy grande, porque es para toda la vida, y no quiero tener esa responsabilidad', señala.

Además, dice, 'el impacto negativo en el medio ambiente es mayor que el bien que puede llegar a provocar una persona'.

Un razonamiento similar tiene la periodista Camila Marnich (31), quien explica que nunca ha tenido instinto maternal y, además, apunta a un aspecto práctico: 'Somos demasiados humanos y educar no es como antes, que se dejaba al niño solo desde muy pequeño y se reclamaba respeto por ser madre que parió. Hoy es tiempo, dedicación y, sobre todo, plata'.

Para el productor audiovisual Juan Carlos Cortés (42), la paternidad atrasaría sus metas y objetivos. 'Quiero aprovechar la vida y hacer cosas que, con un hijo, sería más difícil cumplir'.

Madres migrantes

La venezolana Tiffany Alviarez (23), quien llegó a Chile en 2019, cuenta que la experiencia ha sido compleja. 'Varias veces me devolvieron del hospital y cuando pude dar a luz, recién a las 41 semanas, mi pareja no pudo entrar al parto por el tema de la pandemia', recuerda sobre el nacimiento de su segunda hija en el Hospital de Iquique, en mayo.

Actualmente, dice que no hay más hijos en sus planes, 'menos cómo está todo en la actualidad, donde no se sabe qué pasará; la situación es muy incierta'.

Stephanie Rondón (31) y su esposo, Alfredo, llegaron a Chile en 2017 desde Venezuela y tres meses antes de la pandemia se convirtieron en padres.

'Lo bueno es que pudimos compartir y mantenernos los tres juntos por el teletrabajo', cuenta, aunque agrega que 'por el momento no hay planes de tener más, por los costos que significa'.

Sin embargo, para Stephanie lo más difícil ha sido la falta de redes, 'pues si bien tengo a mi hermana y cuñado aquí, ellos trabajan, y me hubiese gustado apoyarme con mi madre'.