La Tercera

Constanza Hube 158x158 2

* Coautor, Javier Couso

A propósito de la posibilidad de que se extienda el estado de excepción de catástrofe en el país, algunos han planteado la posibilidad de "saltarse" el plebiscito del 25 de octubre e ir directamente a la elección de convencionales constituyentes de abril próximo.

Para defender esta propuesta, se ha señalado que este plebiscito estaría "demás", atendido a que una gran mayoría querría una Nueva Constitución. Más allá de que es atendible la discusión respecto de si estarán dadas las condiciones sanitarias que permitan, no solo la realización del plebiscito, sino que la posibilidad de hacer una campaña en que se logre contrastar los argumentos del"apruebo" y del"rechazo" (aunque se podría pensar en potenciar medios como la radio y la televisión para que la ciudadanía vote informada), la propuesta de eliminar el plebiscito es inaceptable.

Lo primero que salta a la vista es la pretensión de saber de antemano lo que la "mayoría quiere" o lo que "la mayoría pide". ¿No es acaso el ejercicio del derecho a sufragio la manera de determinar esto?

Por otra parte, las voces que han planteado esta idea no han reparado en que en el plebiscito está previsto que se hagan dos preguntas. Así, en caso de "saltarnos" el plebiscito, eliminaríamos no solo la posibilidad de votar "rechazo", sino que también la posibilidad de que los ciudadanos podamos elegir qué tipo de órgano queremos que redacte la nueva Constitución (de ganar la opción "apruebo"), si la convención constitucional o la convención mixta constitucional.

Chile vive momentos duros. En momentos que la pandemia parece estar fuera de control en el país, se entiende la pulsión de echar manos a medidas extraordinarias. Pero en esto cabe poner paños fríos, y aquilatar que el plebiscito de octubre no es una política pública más, sino que el momento en que se preguntará a la ciudadanía si quiere (o no) reformular el marco constitucional vigente. Por lo dicho, el obviar un proceso que podría dar inicio a un hito de proporciones históricas no puede tomarse con tanta ligereza.

Lograr el acuerdo del 15 de noviembre pasado fue difícil, e implicó un acto republicano de los distintos sectores políticos. Una buena manera de poner en jaque dicho acuerdo es avanzar en ideas como éstas.

Descargar