El Mercurio

José Luis Cea 158x158

Ancízar Sánchez suscribió un contrato PAC con una autopista, pero como firmó con lapicera roja, la concesionaria lo rechazó, arguyendo que la Cámara de Compensación Automática de la banca había objetado el documento porque "como es sabido, no tiene validez en los documentos legales", aseguraron a Línea Directa.

El lector René Álvarez, consternado con la respuesta, escribió para consultar sobre esa reglamentación legal vigente que impediría que los documentos bancarios se rubricaran con rojo. La misma inquietud formuló el arquitecto Tonko Papic: "no existe ninguna ley que prohíba el uso del rojo u otro; las instituciones prefieren, por ejemplo, el azul, pues es más sencillo distinguir una fotocopia original. Y, personalmente, firmo toda mi documentación con tinta verde, tanto la de tipo profesional como legal, y jamás he recibido un rechazo".

Consultada la Asociación de Notarios, Conservadores y Archiveros Judiciales de Chile -donde a diario se validan cientos de documentos oficiales y legales-, el secretario ejecutivo, Juan Carlos Arriaza, nos explicó que se solicita a los suscriptores firmar con lápiz azul porque su tinta es más indeleble y perdura por más años, y porque así se distingue el original de la fotocopia.

Asimismo, nos comentó que muchos notarios firman los papeles con plumones de un verde intenso, "y algunas notarías optan por tonos fucsia y lila".

Nos precisó que no hay ninguna ley que prohíba el uso del rojo en la suscripción de documentos y que más bien se trata de una convención técnica.

José Luis Cea, ex ministro del Tribunal Constitucional, lleva casi 50 años utilizando tinta ocre y firmó las sentencias, oficios, comunicaciones y documentos oficiales con ese color. "Es un tono elegante, evocativo de los antiguos edificios de Roma; queda muy bien con los tonos pasteles", señaló en su tono pausado, tan calmo como es la combinación de su papelería y tintas. Asimismo, dice que ha suscrito muchísimos contratos y antecedentes, sin problemas. "Solo en las notarías me han objetado el color", dijo.

La Ley 18.092 que regula las cuentas corrientes bancarias y cheques, tampoco establece ningún alcance sobre la tonalidad del lápiz que se debe emplear al rubricar los documentos. En la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras, la respuesta confirmó lo anterior: "no hay disposiciones legales ni normativas que invaliden un cheque llenado con lápiz rojo".

Una revisión a las páginas web de los bancos tampoco arrojó prohibición alguna. Solo se "recomienda" usar una lapicera a tinta o pasta para evitar falsificaciones y no emplear lápices grafito o plumones (el primero porque se borra y el segundo porque traspasa el papel).

Entonces, ¿de dónde salió ese impedimento argüido por algunas instituciones? Lo más probable es que obedezca a una premisa técnica: al fotocopiarse un documento que contenga firma o letras en rojo, el trazo de estas es menos legible; lo mismo ocurre con la captura electrónica.

No obstante, el rojo es muy utilizado en documentos contables para resaltar los números negativos, y en planteles de educación para destacar las notas reprobatorias.

"Agresivo"

Algunos sociólogos afirman que el rojo es agresivo, que evoca sangre, guerra; que resalta lo negativo. Un estudio realizado por Richard L. Dukes y Heather Albanesi, profesores de Sociología de la Universidad de Colorado, afirma que el uso del rojo para realizar correcciones impacta de forma negativa en la relación entre estudiantes y profesores, lo que se traduce en menos aprendizaje.

Pero, ¿por qué no se puede firmar ni escribir con lápiz rojo? La respuesta a esa pregunta, mayoritariamente será: "porque es de mala educación". El Manual de Urbanidad del venezolano Manuel Carreño, que durante tanto tiempo se esgrimió como "la biblia" de los buenos modales, no dice nada al respecto aunque los libros de protocolo y etiqueta restringen este color para cartas y manuscritos. ¿Algún motivo en particular? Según señalan, se trata de un color "de los llamados calientes, que suele estar asociado a señales de prudencia y desconfianza".

Patricia Rodríguez firmó la hoja de asistencia a una citación del curso de su hijo con un bolígrafo rojo y la profesora jefe le llamó la atención: "Es de mala educación firmar con rojo", a lo que ella le respondió: "si usted me explica por qué, le quedaré muy agradecida". La docente, bastante descolocada, no solo no contestó, sino que dio por terminada la reunión.

Una norma más convencional que legal

Irónicamente, el término rúbrica viene del latín ruber , que significa rojo.

El color de la justicia

Existe más de un centenar de tonos de rojo; es la denominación cromática más antigua del mundo (es el primer color al que el hombre le puso nombre) y probablemente -de acuerdo a investigaciones científicas- sería el primer color que distinguen los recién nacidos. También se dice que el rojo es el color de la justicia ya que durante siglos, especialmente en la época medieval, las sentencias establecían que la sangre debía repararse con sangre y en las villas se izaban banderas rojas en los días que se celebraban los juicios; el verdugo vestía de rojo y los jueces firmaban la sentencia con tinta roja. El lacre de los dictámenes era de ese tono y los epígrafes de las ediciones antiguas de derecho civil y canónico se imprimían con tinta colorada. Y no olvidemos que los abogados aprueban con "tres coloradas".