El Mercurio

Maria Elena Santibañez DerechoUC 96x96

El caso del ex gerente del Banco Central (BC) Enrique Orellana y su reciente absolución por parte del Cuarto Tribunal Oral de Santiago abre nuevamente el debate en torno a las investigaciones por delitos sexuales cometidos contra menores, la importancia de la prueba en estos juicios y la calidad de la misma.

Según estadísticas del Ministerio Público, las denuncias por agresiones sexuales contra menores de 14 años van en aumento, registrándose en 2012 un 31,5% más causas que en el período anterior. No obstante, este tipo de procesos son los que registran una alta tasa de absoluciones. (Ver tabla).

¿Por qué? Para algunos abogados el sistema ha ido "relajando" su exigencia original en materia de estándar probatorio para llevar a juicio y ese es uno de los temas clave en este tipo de juicios.

Como se trata de ilícitos duramente sancionados por la ley, explica la abogada María Elena Santibáñez, los tribunales, sin embargo, "piensan muy bien antes de condenar y exigen un alto estándar de prueba", porque declarar culpable al acusado significa una larga condena en la cárcel.

Ahora, por regla general la realización de peritajes físicos no es fácil en delitos sexuales, ya que en materia de abusos puede no haber quedado "huella" y si la denuncia es por violación, el resultado dependerá del tiempo transcurrido y las lesiones que pudieran haber quedado, entre otros aspectos.

En el caso particular de Orellana, el tribunal calificó el peritaje sexológico como "insuficiente para formar convicción" y cuestionó su rigor. Sin embargo, de ello no se sigue que la calidad de los peritajes nacionales sea deficiente, aunque -dice Santibáñez- como "pueden ser practicados por profesionales con más o menos experiencia, eso puede hacer la diferencia en términos de rigurosidad de la prueba".

Los peritajes de credibilidad, no obstante, reciben una crítica más dura. Héctor Hernández, profesor de Derecho Penal de la UDP, plantea que estos "no debiesen existir, lo que hace ese perito es una tarea que le corresponde al juez, pues es él quien debe convencerse", sus bases científicas son "al menos discutibles" y en la experiencia comparada -agrega- existen "dudas epistemológicas" respecto de ellos.

El relajo

Lo que "sí es un hecho, es que desde la puesta en marcha de la reforma está pendiente la modernización del Servicio Médico Legal y de otros organismos que apoyan las investigaciones del Ministerio Público", dice el penalista Jorge Bofill. Y justamente la crítica parece estar más bien en la etapa previa de investigación y no en los juicios orales propiamente tales, los que funcionan bastante bien, agrega.

Y coincide en parte Hernández, quien dice tener la impresión de que "las investigaciones en general tienen una tendencia al relajo, no se atan bien todos los cabos, no se cierran bien, y eso queda en evidencia cuando la defensa o alguno de los intervinientes realiza una actividad mayor a la usual y complejiza el escenario normal, donde el estándar de exigencia parece ser bastante bajo".

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