El Mercurio
Señor Director:
El Gobierno ha autorizado la distribución de la píldora del día después a menores de 14 años en establecimientos públicos y privados, sin el conocimiento ni consentimiento de sus padres en el caso que dichos menores soliciten confidencialidad.
Esta norma va contra el derecho preferente y el deber de los padres de educar a sus hijos, reconocido por la Constitución, la que además impone al Estado la obligación de otorgar especial protección a este derecho.
Me surgen muchas preguntas: ¿Es esta la mejor manera de garantizar que quienes somos padres eduquemos a nuestros hijos? ¿Qué sentido tiene entonces que la mayoría de edad sea a los 18 años? ¿Por qué un menor de 14 años no puede conducir autos ni votar y, en cambio, puede decidir sobre su sexualidad? Si estos menores pueden consentir en este último ámbito, ¿significa, por tanto, que la violación y los abusos sexuales van a dejar de ser delitos?