El académico del Departamento de Derecho Privado, quien forma parte de Derecho UC desde 2007, accedió a la categoría más alta a la que un profesor de la Universidad puede aspirar. “Siento este reconocimiento como una profunda responsabilidad y un enorme agradecimiento”, comentó.
Durante la ceremonia del Día del Sagrado Corazón, celebrada el viernes 27 de julio en el Salón Cardenal Fresno, el rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Juan Carlos de la Llera, dio a conocer a los 28 académicos que lograron la categoría de profesor titular, siendo uno de ellos Marcelo Barrientos, docente del Departamento de Derecho Privado y director del Centro de Riesgos y Seguros UC.
Este reconocimiento se otorga a aquellos académicos que se distinguen por su compromiso con la misión y principios de la UC, junto a la contribución que realizan en la formación de personas y en investigación y/o creación.
Así, el profesor Barrientos, quien forma parte de Derecho UC desde 2007, recibió el nombramiento de profesor titular de la UC, la categoría más alta a la que pueden aspirar los académicos de nuestra Universidad.
Dentro de su destacado currículum académico, Barrientos es Doctor con mención Doctor Europeus de la Universidad de Salamanca, España; Magíster en Derecho de la Empresa (M.D.E.) de la Pontificia Universidad Católica de Chile; y Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Gabriela Mistral. En la actualidad, imparte los cursos de pregrado Teoría del Acto Jurídico y Teoría de la Ley, Personas y Bienes, Obligaciones, Fuentes de las Obligaciones I y II, Derecho de la Familia y Derecho Sucesorio.
Ser profesor titular es el nombramiento más alto que puede recibir un profesor de la UC. ¿Cómo lo toma y qué importancia le da?
Siento este reconocimiento como una profunda responsabilidad y un enorme agradecimiento. Dios ha sido generoso, convocándome a formar, educar y acompañar a mis alumnos en su camino de conocimiento. Mi familia ha sido fundamental para poder alcanzar estos logros. Ha sabido entender y apoyarme durante este camino. He sido testigo privilegiado del despertar de muchos talentos durante estos años en la UC. Yo sólo he sido un instrumento para que ello se pudiera producir. En mi vida académica, lo que recuerdo con mayor afecto no son las metas logradas, sino a quienes me interpelaron para mejorar mi docencia e investigación. Mis estudiantes me han enseñado a escuchar, cuestionar y renovarme, pensando y actuando sobre lo que se espera de un profesor de una Universidad Católica. En este camino me asiste, a estas alturas, una convicción: cada estudiante es una persona que tiene una realidad, la que debe ser tomada en cuenta para ayudarle en su desarrollo; los éxitos o sus fracasos no les definen. Llegar a ser profesor titular renueva en mí la vocación de entrega en la búsqueda de la verdad para cada uno de ellos.
Este nombramiento es un incentivo para seguir desarrollando un trabajo de excelencia. ¿Cómo seguirá contribuyendo en lo académico?
Mi vocación proviene, entre tantos, de aquellos profesores que aprendían cosas nuevas para enseñarlas, que transmitían con la obligación de dejar algo a los demás, con sincera gratuidad. Llegar a ser profesor titular es un nuevo impulso hacia la búsqueda de la verdad, una búsqueda que se renueva e impulsa a seguir superándose a sí mismo. Alcanzar la titularidad es un nuevo llamado a dar testimonio, en la Universidad y en la sociedad, de nuestra identidad católica para contribuir desde ella concretamente al progreso de la sociedad, fomentando y desarrollando el talento de nuestros alumnos para ponerlos al servicio del bienestar de las personas y nuestra casa común.
¿Se esperaba este nombramiento?
Han pasado rápido los años, no es algo que uno busque, simplemente llega. Dios ha sido generoso conmigo. Hay que seguir trabajando y sirviéndole, que es lo que realmente importa.