El académico del departamento de Derecho Privado accedió a la categoría más alta a la que un profesor de la universidad puede aspirar.
Luego de 30 años ligado a la Pontificia Universidad Católica, primero como alumno y luego como profesor, Juan Luis Goldenberg recibió el nombramiento de profesor titular de la UC, la categoría más alta a la que pueden aspirar los académicos de nuestra universidad.
El profesor Goldenberg es Doctor en Derecho de la Universidad de Salamanca, España, y Licenciado en Derecho de la UC. Actualmente imparte los cursos de pregrado Contratación Mercantil y Concursos, Teoría del Acto Jurídico y Teoría de la Ley, Personas y Bienes, Obligaciones, Fuentes de las Obligaciones I y II, Derecho de la Familia y Derecho Sucesorio. Además, es profesor de postgrado en nuestra Facultad, forma parte del Claustro Doctoral y ha sido profesor guía de tesis doctorales.
¿Se esperaba este nombramiento?
El proceso para la jerarquización como profesor titular se inicia con la solicitud que uno debe hacer a la propia Facultad, por lo que primero pasa por la decisión que se toma de presentar los antecedentes para su evaluación en un momento en que uno piensa que reúne los requisitos para ellos. Aun así, creo que uno debe estar preparado para recibir comentarios u observaciones en línea con las expectativas de la Universidad para el nombramiento, con las indicaciones de las áreas o aspectos de mejora. En este sentido, yo tenía esperanzas de que todo resultara de buena manera, pero siempre reservando un espacio para que, con humildad, uno aceptara toda observación que pudiese darse en el camino.
A lo largo de su carrera como académico, el profesor Goldenberg ha escrito siete libros, de los cuales cuatro son de su total autoría, y ha redactado 58 capítulos de libros de libros. Además, ha participado en diversos proyectos de investigación concursables y ha escrito publicaciones indexadas, tres de ellas en WoS (ex ISI).
Ser profesor titular es el nombramiento más alto que puede recibir un profesor de la UC. ¿Cómo lo toma, qué importancia le da?
Ojalá fuese fácil encontrar las palabras más representativas para comunicar el sentimiento ante este nombramiento. Yo siempre trato de expresarlo con una imagen: el recuerdo de la primera vez que entré a la Casa Central de la Universidad, a los 17 años, en el contexto de la semana del postulante. Esa idea de salir del metro, cruzar Portugal, ingresar por la entrada principal y ver el escudo de nuestra Universidad en el vitral de la escalera. Han pasado casi 30 años y este camino ha sido parte crucial de mi vida y me alegra el poder hacerlo a diario. Me siento parte de la UC y que ella no es solo un lugar de trabajo, sino mi casa. El espacio donde me he desarrollado como persona, como profesional y como docente. Por ello, la importancia que le doy a este nombramiento es inmenso, porque le da cuerpo a este vínculo y reconoce el valor de cada uno de esos pasos y permite proyectar otros tantos futuros.
Este nombramiento es un incentivo para seguir desarrollando un trabajo de excelencia. ¿Cómo seguirá contribuyendo en lo académico?
Agradezco la calificación de excelencia dada en la pregunta, puesto que creo que es a lo que siempre se debe apuntar. Los alumnos han confiado en nosotros para su formación y creo que eso es una responsabilidad enorme que nos debe llevar al continuo perfeccionamiento, por medio de la investigación y el fortalecimiento de nuestras capacidades docentes. Creo que las contribuciones futuras se proyectan en seguir poniendo en el centro a las personas, viendo en el Derecho una herramienta de protección y resguardo de su dignidad humana. En todas sus dimensiones. Incluso en aquellos espacios donde la vinculación aparece menos evidente, como en muchas de mis líneas de investigación, normalmente asociadas al Derecho patrimonial. Y poder transmitir esa visión en mi docencia y en el desarrollo de mis proyectos.