El encuentro, organizado por el Centro de Estudios Internacionales UC, abordó el reciente conflicto bélico y sus consecuencias desde una mirada cultural, histórica, geopolítica y económica.

El pasado 24 de febrero Rusia decidió invadir militarmente a Ucrania sacudiendo el escenario internacional y ocasionando un alto costo humanitario, con más de dos millones de refugiados según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de dos mil civiles muertos y una ronda de negociaciones con petitorios y exigencias muy complejas por parte de Rusia.

En ese contexto, el 7 de marzo el Centro de Estudios Internacionales UC realizó el foro Guerra en Ucrania: Impacto Global y Regional, actividad que contó con exposiciones del exembajador de Chile en Rusia (2000-2004), Pablo Cabrera; la exembajadora de Argentina en Ucrania (2007-2015), Lila Roldán Vázquez; además de los académicos Ariel González Levaggi, secretario ejecutivo del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica de Argentina y Hermann González, coordinador del área macroeconómica de CLAPES UC.

La conversación, que fue moderada por el profesor Derecho UC y director del CEIUC, Jorge Sahd, comenzó con la intervención de Ariel González quien abordó el conflicto desde una mirada geopolítica. “Estamos en una transición de poder hacia un mundo multipolar y uno de los puntos focales donde se está generando el futuro de las relaciones internacionales es el espacio Euroasiático”, afirmó.

Según el académico, este espacio nació luego de la implosión de la Unión Soviética, donde la creación de estas quince nuevas repúblicas independientes trajo una situación de expectativas sobre el desarrollo económico y político en línea con los principales países de occidente.

“Tenemos en paralelo, con el ocaso del pluralismo político en el espacio post soviético, una creciente articulación de posiciones, una convergencia política, económica y estratégica entre Beijing y Moscú que se ha profundizado con las sanciones impuestas por occidente a Rusia. En sentido, hay un desacople entre ambos que parece ser casi definitivo”, añadió el mismo.

Por su parte, Pablo Cabrera, ahondó en el componente histórico y cultural de Rusia, destacando la ruralidad del país y tres puntos clave: la autoridad del emperador y el espíritu de obediencia; la ortodoxia y la religión como elemento articulador de unidad; y el territorio y sus habitantes como gran nación.

De acuerdo al diplomático, las acciones militares de Rusia tienen como trasfondo el espíritu ofensivo a través del poder centralizado, en este caso en manos del presidente Putin. “Rusia no se siente un país europeo ni asiático, sino como una gran civilización”, señaló.

Lila Roldán, en tanto, destacó la alternancia de mandatarios al mando de Ucrania y señaló que, con la invasión militar, ocurrió algo que Putin no preveía: “Una mayor unidad y solidez del pueblo ucraniano en contra de esta dominación. Esto ha ocasionado en efecto psicólogo y sociológico muy negativo porque ambos países comparten familias, amigos y cercanos del otro lado de la frontera. Esto conllevará una continua resistencia ucraniana que podría continuar por bastante tiempo”.

En cuanto al impacto económico mundial y regional, Hermann González indicó que este conflicto bélico toma a la economía internacional en mal pie, en una posición debilitada por los efectos de la pandemia del COVID-19. Esto genera, en términos generales, tres grandes efectos inmediatos: más inflación, menos crecimiento y más incertidumbre (volatilidad de los mercados financieros).

“En términos del PIB mundial, Rusia y Ucrania no son países muy grandes respecto del tamaño de sus economías, pero tienen una influencia desproporcionada en otros mercados como commodities agrícolas, energía y metales industriales (petróleo, gas, trigo) que han ocasionado un alza significativa en sus precios”. Además de los efectos inmediatos por la severidad de las sanciones económicas impuestas a Rusia, “sin duda este conflicto traerá importantes consecuencias económicas, sabemos que la economía crecerá menos a largo plazo, pero la pregunta es cuánto menos”, puntualizó González.

Información periodística: Centro de Estudios Internacionales UC

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