El Mercurio
Dos décadas han transcurrido desde la creación de los tribunales de familia. En ese contexto, la Universidad Católica realizó el seminario 'Ley de Tribunales de Familia: Veinte años de avances, desafíos y perspectivas'. En la instancia, Carolina Salinas Suárez, directora del Centro UC de la Familia, expresó que, según datos disponibles en el Poder Judicial, 'durante el período parcial de 2025, nuestros tribunales han recibido 419.516 nuevas causas, procesando y resolviendo 337.331 casos'.
Los números revelan parte de la complejidad del sistema: a pesar de la resolución del 80,4% de los casos, existen 2.348 causas pendientes por cada tribunal.
Sobre el total de causas, Salinas añadió que 'casi el 36% de los casos corresponden a medidas de protección y violencia intrafamiliar, confirmando nuestro rol esencial como garantes de la seguridad y bienestar de niños, niñas, adolescentes y víctimas de violencia'.
Salinas comenta a 'El Mercurio' que 'las cifras hablan de la enorme cantidad de trabajo que soporta la judicatura de familia'. En ese sentido, sostiene que 'hoy es urgente dotar de los suficientes recursos a la justicia de familia, sobrepasada por la cantidad de tareas que se les han impuesto sin aumentar presupuesto para contar con el personal necesario'. No obstante, asegura que 'a pesar de los problemas, la estructura actual de los tribunales de familia ofrece una base adecuada para impulsar cambios proactivos'.
Satisfacen 'una necesidad urgente'
Según consultados, las dificultades del sistema provienen desde su inicio. Fabiola Lathrop, profesora de Derecho Civil U. Chile y abogada integrante de la Corte Suprema, comenta que a pesar de que 'los tribunales de familia vinieron a satisfacer una necesidad urgente, casi vital, hubo muchas complejidades en torno a su implementación, todas derivadas, a mi juicio, de una pésima proyección del impacto que iba a tener esta ley, la instalación de los tribunales por primera vez en Chile y falta de presupuesto, evidentemente'.
A su criterio, la evaluación del sistema es 'positiva, pero perfectible', porque 'si uno compara la implementación inicial de la ley y lo que fue generándose a partir de este impacto no pronosticado, evidentemente que uno podría decir que es positiva, porque lograron sobrevivir de alguna manera los tribunales de familia'.
Las mismas falencias del comienzo son recordadas por Verónica Vymazal Bascope, jueza del Segundo Juzgado de Familia de Santiago, quien habla de una 'sobrecarga estructural'. 'Pese a las modificaciones legales y en especial al aumento de jueces y juezas que se entregó en el 2017, en los últimos años más de 17 leyes han aumentado nuestras obligaciones sin recursos adicionales, perpetuando la sobrecarga y las largas esperas de personas en las afueras de los tribunales y también en filas virtuales'.
Según profundiza Vymazal, un 'dato muestra claramente el aumento de las cargas impulsado por las últimas modificaciones legales, en especial en materia de cumplimiento de pensiones de alimentos: en el 2015 ingresaron a los tribunales de familia de todo Chile 3.323.587 escritos; el 2024, 13.748.521, y en lo que va de 2025, 10.053.165, y seguimos siendo el mismo número de personas que debemos dar respuesta a los mismos'.
'El cambio jurídico en ausencia de ley'
Entre las virtudes del sistema, Lathrop dice que 'ha habido a lo largo de los años sentencias muy paradigmáticas que han abordado temas sensibles como la diversidad familiar, la orientación sexual, la identidad de género, los derechos de los niños, su derecho a la participación en el juicio. Una serie de cuestiones que han ido profundizando el cambio jurídico en ausencia de ley'. Esto, profundiza, porque 'ha habido sentencias, por ejemplo, el caso de comaternidad que introdujo una solución a una determinada familia, como era la doble filiación materna en ausencia de una ley que vino poco después, que era la ley de matrimonio igualitario. Y ha ido pasando también, por ejemplo, a nivel de identidad de género, donde, antes de la ley, ya la jurisprudencia venía ofreciendo soluciones a conflictos reales de las personas'.
Desigual acceso a justicia
Por otro lado, Salinas lamenta algunas debilidades del sistema, como que 'la audiencia preparatoria suele reducirse a un trámite formal, perdiendo su función sustantiva'. En ese marco, afirma, 'una de las propuestas analizadas en el seminario fue sustituir la audiencia preparatoria por múltiples conferencias preparatorias. Otra de las debilidades, menciona, es que 'la conciliación es una herramienta valiosa pero subutilizada'. Y en general, 'las dificultades prácticas son evidentes: los principales intervinientes suelen ser personas de escasos recursos, lo que acentúa la desigualdad en el acceso a la justicia' y que 'los peritajes solicitados al Servicio Médico Legal pueden tardar más de un año'.