El Mercurio

El pleno de la Convención Constitucional aprobó, a fines de marzo, un artículo del Informe de Medioambiente referente a los derechos de los animales. Así, el texto que irá al borrador de la nueva Constitución expone que 'el Estado protegerá a los animales, reconociendo su sintiencia, individualidad y derecho a vivir una vida libre de maltrato'.

Asimismo, se afirma que 'la ley establecerá los demás derechos de los animales, un servicio público para su protección y no extinción, una acción para su tutela, el resguardo de su hábitat y la prohibición de prácticas que los sujeten a tratos crueles'.

Javier Sabido, abogado del estudio Ecija Otero, plantea que, de aprobarse la propuesta de nueva Constitución, debido a este artículo podrían generarse conflictos relacionados, por ejemplo, con la industria alimentaria.

'Es posible que las normas que se refieran a este tema vayan a tener que estar dirigidas a que cualquier proceso o conducta que implique el tratamiento de animales evite el maltrato', proyecta.

Añade que 'el derecho de los animales a vivir una vida libre de maltrato debe implicar la prohibición de infligirles sufrimiento a través de cualquier conducta que los afecte, o cualquier proceso referido a su explotación'.

Felipe Widow, docente del Foro Constitucional de la U. Católica, plantea la dificultad que posee el mencionar a los animales como sujetos, lo que 'cambiaría su ubicación en las relaciones jurídicas respecto de lo que habían sido hasta ahora'.

Otro tema que podría verse afectado, sostiene Sabido, es el control de plagas o animales peligrosos o dañinos, como los castores en el sur de Chile. El artículo aprobado se refiere a la obligación del Estado de 'preservar, conservar y restaurar el hábitat de las especies nativas silvestres, en tal cantidad y distribución que sostenga adecuadamente la viabilidad de sus poblaciones y asegure las condiciones de supervivencia y no extinción'.

Widow comenta que ese enunciado 'es bien ambiguo, porque no dice nada más acerca de qué alcance tiene esto'. Con ello, considera que, de aprobarse la propuesta de nueva Constitución, se abriría 'una infinidad de conflictos, como qué pasa con los animales en la industria alimentaria, qué pasa con el control de plagas, qué animales (considera), todo eso está en un ámbito de gran ambigüedad'.

'El Mercurio' contactó a la Corporación Nacional Forestal (Conaf) para conocer su postura frente a esta norma, pero declinó referirse al tema.

Interpretación

Según Widow, al crear futuras leyes, uno de los peligros sería que 'queda abierta la presunta judicialización de los conflictos, porque el legislador puede interpretar que esto no prohíbe la ganadería, pero una ONG o un movimiento animalista pueden pensar que el legislador se equivoca, y que una ley que posibilita la ganadería es inconstitucional, porque atenta contra el derecho de los animales a vivir una vida libre de maltrato, que consagra la Constitución'.

Distinta visión tiene Luis Peredo, abogado de Fundación Arca, dedicada a la protección y el fomento del bienestar animal. 'El texto aprobado por la Convención está hecho con una técnica legislativa que es correcta, porque en la Constitución lo que se establece son derechos y garantías que son generales y que, por lo mismo, el lenguaje en el que están escritos debe ser minimalista', dice.

En ese sentido, añade que 'la Constitución, como la norma que está por sobre todas las demás, no puede ponerse en todas las situaciones existentes, de modo que tiene que establecer una regulación general'.

Por lo mismo, afirma que la aprobación de estos artículos 'es un avance en el reconocimiento de los animales como seres sintientes, y se establece claramente su derecho a vivir una vida libre de maltrato'.

Sostiene que las dos leyes que 'recogen avances en materia de derechos de los animales que existen actualmente establecen cierta protección legal a mascotas y animales de compañía, y esa es una subcategoría dentro de los animales en general. Este articulado del proyecto de nueva Constitución se refiere obviamente a animales no humanos, y engloba a todos los animales, no solo a los considerados en la legislación vigente'.

Por ello, concuerda en que la norma aprobada en el pleno 'tendrá que ser interpretada, y si se aprueba la nueva Constitución, va a tener que dictarse una serie de leyes que van a tener que aterrizar ese mandato constitucional, respecto a la industria alimentaria, la industria farmacéutica, el rodeo, el circo, entre otras'.

Fernanda Solari, directora ejecutiva de Fundación Andymar, que apoya el desarrollo de iniciativas que involucran la protección y el respeto por los animales, manifiesta que la norma 'es un buen punto de partida'.

'Es sumamente importante que los animales sean considerados seres sintientes y sujetos de derechos. Si bien hemos avanzado con las dos leyes que existen referentes a los animales, que estén en la Constitución y sean considerados seres sintientes, es una excelente noticia', argumenta.

No obstante, resalta que, de llegar a aprobarse la nueva Carta Magna, y por consiguiente la norma respecto de los derechos de los animales, 'lo más importante es que existan los recursos necesarios, la fiscalización, y que las instituciones públicas apoyen esta norma'.

Descargar imagen