El Mercurio
Señor Director:
El presidente de la Corte Suprema, en entrevista de ayer en 'El Mercurio', se pronuncia sobre la posibilidad de que lleguen a coexistir en un plano de igualdad un sistema de justicia indígena y el Sistema Nacional de Justicia; como se sabe está en los planes de la Convención Constitucional que este último sea el sucesor del actual Poder Judicial. Pero la respuesta del presidente ante la pregunta sobre el tema es sorprendente: señala que 'resulta fundamental establecer un mecanismo que ponga a la Corte Suprema en la cúspide del sistema judicial para unificar la jurisprudencia y hacer posible la unidad jurisprudencial'.
Cuesta en verdad creer que estas palabras sean institucionalmente sinceras y no se trate nada más que de un recurso retórico al hilo de la honda preocupación actual que cunde al interior del Poder Judicial por los anuncios de cambios profundos en variados temas que podrían afectar a los jueces. No resulta creíble que justo ahora la Corte Suprema comenzará a tomar en serio su rol unificador de jurisprudencia si se ha demostrado por diversos estudios académicos de los últimos años la existencia de una sistemática cultura de vacilaciones o zigzagueos jurisprudenciales por la propia Corte Suprema, quebrantando así todo intento de unificación de la jurisprudencia y no adoptando hasta ahora medida alguna que permita poner fin a esta negativa conducta de desprecio a la igualdad ante la ley de los justiciables.
¿O solo ahora que hay preocupación por un cambio institucional esa Corte recuerda que la unificación de la jurisprudencia es esencial de toda labor jurisdiccional democráticamente sana?
