La Segunda
Señor Director: El matrimonio es una institución natural que se ordena a la procreación, crianza y educación de los hijos. Por eso se funda sobre la unión indisoluble entre un hombre y una mujer, diferenciándose así de cualquier otro vínculo afectivo. La dualidad y complementariedad de los sexos interesa al bien común, porque por ella nacen nuevos ciudadanos, y en razón de aquello el matrimonio es objeto de regulación legal. Una ley que pretenda ser justa solo puede reconocer y proteger la institución matrimonial, no desnaturalizarla. Lamentamos profundamente la aprobación de esta ley injusta, cuya injusticia consiste precisamente en la subversión del orden familiar. Si no hay parlamentarios o jueces capaces de decir la verdad, nosotros nos levantamos para proclamarla.
*Carta también firmada por 11 alumnos y exalumnos de Derecho UC.
