La Segunda
 
Cristian Saieh 158x1582
 
Su estilo le reportó una fortuna en el mundo privado, pero en política estirar el elástico y sorprender al final no le resulta efectivo.
 
¿Cómo se explica que quien se ganara fama de buen negociador cuando hizo su fortuna en el mundo privado, hoy no logre encausar el último conflicto que se vive entre el Ejecutivo y la oposición en el Congreso? ¿O entre La Moneda y algunos aliados?

En este artículo no buscamos respuesta en los actores políticos tradicionales (algunos históricos que fueron su contraparte tienen su opinión, y la dan en la nota relacionada), sino que en aquellos que hacen de la negociación y el liderazgo materia de cátedra universitaria: Juan Carlos Eichholz (socio de CLA Consulting y profesor de la Escuela de Negocios UAI), Cristián Saieh Mena (director de Negociación UC y socio de Puga Ortiz Abogados), y Rolando Garrido (presidente de Incides y profesor de Negociación de la Escuela de Gobierno de la U. de Chile).

La relación entre el Ejecutivo y la oposición está en pleno tira y afloja, por lo que aún no sabemos el resultado de la muñeca política del Mandatario. Pero sí influye que Sebastián Piñera ha aplicado en el pasado un agresivo esquema de negociación –que exacerba las tensiones con la contraparte-, lógica que puede funcionar en algunas transacciones del mundo privado, pero que enturbia las relaciones que deben mantenerse en el mediano plazo, más aún cuando su fuerte no son las habilidades bandas. A esto se suma una falla en la anticipación de conflictos.

Obviamente no todo el problema está en el oficialismo, pues el Ejecutivo no encuentra fácilmente contrapartes en la dispersión opositora. Una tensión extra es que estos mismos grupos se unen hasta el momento sólo en el objetivo de 'derrotar a la derecha'. Pero el desgaste ante la opinión pública, la distancia adoptada por sus bases de sustentación política y de los votantes que hace sólo 3 años lo llevaron a la Presidencia refleja la existencia de problemas en la misma Moneda.

Estilo que le reportó millones

Durante los ‘80, Piñera desplegó sus dotes para aprovechar oportunidades de inversión. En su último libro 'Bencina y Pasto Seco', Joaquín García Huidobro —recordando esa faceta— rescata 'su gran fortaleza como hombre de negocios, con esos nervios de acero que lo llevan a esperar hasta el ultimo momento para tomar una decisión. Quienes conocieron al Piñera empresario destacan entre otras características, su habilidad negociadora. El era capaz de estirar las cosas al máximo: cuando el buque empezaba a irse a pique, el adversario cedía y el obtenía una ganancia adicional'.

Y a esa característica también se le agrega una tendencia a llevarse todo el premio, y quedar como ganador total.

Ejemplos de estas características hay varias en su historial empresarial: cuando a mediados de la década del 2000 discrepó con Angelini por el precio de un aumento de capita en Antarchile —donde era accionista— estiró las cosas incluso con posibilidades de llegar a tribunales, lo que finalmente ablandó al inmigrante italiano; en 1997, usó tribunas como senador para criticar la operación Chispas, hasta que logró (sin cumplir los requisitos iniciales) el mismo trato preferente de los accionistas rebeldes que pactaron con Endesa España un mejor precio. E incluso el libro 'Piñera, Historia de un ascenso' de Loreto Daza y Bernardita del Solar recoge la historia de cuando se quedó con la representación de Apple en Chile en los 80 por la cual paralelamente también competía su amigo Andrés Navarro: 'Andrés, de cada 100 has ganado 99. Alguna vez tienes que perder', le habría dicho en el avión de vuelta a Chile cuando Piñera se quedó con el negocio.

Los atributos mencionados le permitieron a Piñera consolidar su fortuna y en 2007 figurar en el número 799 por primera vez en el ranking Forbes, con sus US$1.200 millones de la época. Un 'self made' fue la descripción de la revista en ese momento.

Riesgos de sus lógicas

Estirar la cuerda en política podría explicar que demora del Ejecutivo en definir posiciones, sumando tensión a procesos políticos. Ejemplos: Pos 18-0, la demora en abrirse a negociar la Constitución; olvidarse de la reintegración en la reforma tributaria o en impulsar un segundo retiro de AFP por su cuenta, para arrinconar el proyecto original presentado por la oposición (lo mismo se repite con el anuncio de ayer).

'En el sector privado si todos ganan, hay acuerdo. Si en el ámbito de lo público todos entienden que el resultado les significa un buen respaldo en votos hay acuerdo. La gran diferencia está en la mirada de largo y plazo: en el sector privado puedes negociar pensando en el corto plazo, y eso significará que intentes exprimir al máximo a la contraparte —algo se llevara de beneficio, eso sí—. Pero si piensas en el mediano plazo, no es sostenible que una parte exprima a la otra permanentemente; si así ocurriera en la relación entre supermercadistas y proveedores, estos últimos finalmente buscarían otras vías para evitarlo. Piñera no es empresario, es inversionista y la lógica ahí es aprovechar las oportunidades. Piñera en sus negocios tenía súper claro esta distinción del mediano y largo plazo', analiza Eichholz.

'Piñera visualiza el campo de juego de la política como un sistema de toma de decisiones competitivas donde el poder de especular un resultado se mide por su capacidad de llevarse lo que hay encima de la mesa, ya sea un proceso electoral o el diseño político de su gabinete, donde la relación con su coalición de gobierno y con la oposición pasan a segundo y tercer plano. Su estilo reduce el espacio de posibles negociaciones o las retarda hasta hacerlas espurias', agrega Garrido.

El director ejecutivo del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES), Claudio Alvarado, agrega que en política estirar el elástico puede terminar rompiéndolo. 'En una negociación económica, no necesariamente tus actos modifican el cuadro de la negociación –que es sobre un algo específico que está ahí-, pero en política sí. Por ejemplo, demorar la decisión para ver cómo reaccionan los otros, por ejemplo, en realidad profundiza la distancia entre las partes'.

Fallan reglas de manual

Todos tienen que sentirse ganadores: Es lo contrario a exprimir a la contraparte, y en política sería lo que aplicó la Concertación, según explica el propio Eichholz: 'Al negociar debes hacer a tu adversario parte de tu éxito, pensando incluso que después deberás iniciar otra negociación con él. Y aquí no se ha cuidado esas formas. Las soluciones parecen que vienen desde el Ejecutivo, no fruto de un diálogo entre todos'.

Habilidades blandas: Cristán Saieh destaca que todo buen negociador tiene al menos siete habilidades claras: no busca el conflicto; se prepara exhaustivamente; tolera la presión; escucha genuinamente; es prudente, paciente y confiable.

'Al parecer, los cuatro últimos escasean hoy en el Presidente y explican muchas derrotas sufridas en negociaciones. La primera y más relevante es la confianza, que podemos conceptualizar como una apuesta al futuro, basada en la conducta pasada. Hoy en día salen a la luz permanentemente y con mucha fuerza sus actuaciones históricas en el mundo de los negocios, que minan su figura. Lo anterior se traduce en que 'nadie le cree', como han dicho políticos y actores sociales'.

Tener la negociación por el mango: El lunes pasado, el Ejecutivo anunció un Ingreso Familiar de Emergencia reforzado por US$5.500 millones para ayudar a la clase media, intentando de paso bloquear el tercer retiro en el Congreso (que fue inútil) y en el Tribunal Constitucional (historia aún pendiente). Anoche, un tercer retiro corregido. ¿Por qué si la teoría indica que mejorar lo ofrecido acerca las distancias al gobierno no le funciona?

Responde Eichholz: 'No funciona porque estás en un sistema mucho más complejo que un intercambio de negocios, donde sí funciona irrumpir con una nueva oferta al final. El tema no es qué nuevo pongo sobre la mesa, sino quién pone la agenda. Al ofrecer las cosas de a poco, no se maneja la agenda, sino que te la están manejando: no es algo que decidiste hacer, sino que fuiste forzado a hacerlo'.

En su libro, García-Huidobro alerta por las negativas consecuencias políticas de esto, pues hace que 'los efectos que podría haber tenido esa medida sean mucho menores que si se hubiesen realizado en el momento justo'.

Adelantarse a los conflictos: Aquí estamos en un atributo que supera el tema de las negociaciones, pues apunta directamente a los atributos del líder y su capacidad de evaluar el entorno y detectar cuáles son los puntos conflictivos que se avisoran (el tercer retiro se tramitó por semanas; y meses lleva el impusto a los super ricos, por ejemplo).

'El liderazgo requiere estar permanentemente diagnosticando lo que pasa en el sistema. Cuando reaccionas tardíamente significa que no hiciste una buena lectura de lo que estaba ocurriendo. Ahora, hay que considerar el contexto: El primer semestre del año pasado era extremadamente difícil anticiparse, pese a que en materia médica se pudo hacer porque lo que nos pasaba ya había ocurrido en otros países', explica Eichholz.

Coincide Garrido: 'Gestionar tempranamente situaciones de crisis y de conflictos, significa moverse a tiempo, fomentando una cultura preventiva y no reactiva. Los procesos de negociación en pleno siglo XXI exigen ir mucho más allá de los intereses particulares de las partes'.

 

>>'Gestionar tempranamente situaciones de crisis y conflictos significa moverse a tiempo, fomentando una cultura preventiva y no reactiva.'
Rolando Garrido Profesor de Negociación de la E. de Gobierno de la U. de Chile

>>'Al ofrecer las cosas de a poco, no se maneja la agenda, sino que te la están manejando: no es algo que decidiste hacer, sino que fuiste forzado a hacerlo'.
Juan Carlos Eichholz Profesor UAI

>>'Hoy en día salen a la luz permanentemente y con mucha fuerza sus actuaciones históricas en el mundo de los negocios, que minan su figura'
Cristián Saieh Mena Director de Negociación UC

>>Aprobación presidencial cae a su nivel más bajo

Malas noticias para La Moneda reportó hoy la encuesta realizada por Cadem. El sondeo estableció que la aprobación del Presidente Sebastián Piñera cayó a solamente 9%, es decir, 7 puntos menos que la medición anterior, alcanzando así el nivel más bajo de este segundo mandato. La caída se dio especialmente en la clase media (-16 puntos), en los identificados con la derecha (-16 puntos) y el centro (-17 puntos), y entre quienes votaron por Piñera en la segunda vuelta del 2017 (-17 puntos).

Además, un 87% de los encuestados se mostró en desacuerdo con la decisión del Gobierno de recurrir al Tribunal Constitucional para frenar la moción parlamentaria que permite un tercer retiro de fondos de AFP, y respaldó la iniciativa incluso a riesgo de que sus pensiones sean menores.

>>Tres testimonios de negociadores: 'Terco', pero confiable y pro acuerdos


::RESISTIENDO PRESIONES. Fue en el verano de 2017 cuando Carlos Ominami conversó por última vez con Sebastián Piñera. Con él compartió especialmente en los 90, cuando el entonces socialista fue ministro de Economía de Patricio Aylwin y luego llegó al Senado, donde Piñera tenía un escaño desde el retorno a la democracia. En esos tiempos, las grandes negociaciones tenían una cancha: la comisión de Hacienda de la Cámara Alta, de la que ambos fueron miembros.

Ominami recuerda de ese verano: 'Él me transmitió que si se metía en esto (ir por segunda vez a la Presidencia) era porque quería refundar una derecha democrática. Creo que su gobierno partió exactamente al revés, desde ese punto de vista ha sido una decepción. Hoy lo veo muy cambiado, me impresiona su evolución para mal'.

De su experiencia negociadora, Ominami habla en positivo y describe al Piñera de esos años como 'súper obcecado, terco, muy de salirse con la suya, incluso yendo en contra de la opinión de los suyos; pero él tenía siempre la idea de que al final había que llegar a un acuerdo. No fue nunca un tipo de rupturas testimoniales, sino de estirar la cuerda sin que se rompiera'.

Como hitos, recuerda las noches en vela discutiendo la Ley de Presupuestos: 'Era como su especialidad para poder tener protagonismo; llegaba con centenares de indicaciones que venían hechas por su fundación, por LyD, y eso incluso generaba bronca en su propio sector, porque él tenía un liderazgo fuerte, pero un poco solitario en eso'. Era 'un senador atípico en la derecha, trataba de desmarcarse, hacer cosas con la Concertación. Se jugaba mucho con su imagen de senador de derecha democrático, que no había estado con Pinochet. Eso hoy está bastante perdido, está mucho más cerca de la UDI que de RN'.

Y entre los acuerdos, destaca que 'juntos votamos en contra de la pena de muerte', la restitución de los bienes confiscados por el régimen de Pinochet a los partidos políticos y la experiencia 'dura, de la cual yo puedo hablar bien de él: la Ley de Pesca, una de las primeras leyes complicadas que se tramitaron. Enfrentamos un lobby durísimo de los pesqueros, particularmente de Angelini. Era una ley que los pesqueros le habían impuesto a Pinochet al final, y nosotros teníamos que revertir eso. Piñera ayudó'.

Ominami recuerda que Piñera 'era un punto de referencia, porque además tenía mucha capacidad técnica detrás'; y que si bien 'era terco, no era violento'. Cuando Ominami presidió esa comisión, 'uno tenía que tratar de acercar los tiempos y él trataba siempre de alargarlos para tratar de obtener algo más. Siempre trataba de obtener algo, eso sí'.

'No soy amigo de él, concluye, pero teníamos una relación cordial, que desgraciadamente está bien perdida, yo ahora soy muy crítico de él. Él se ha ido radicalizando a la derecha', dice.

::REFORMA EMBLEMÁTICA DE AYLWIN. Durante ese gobierno, a Manuel Marfán —exconsejero del Banco Central— le tocó ser coordinador de políticas macroeconómicas y, por ende, la negociación de la reforma tributaria, con el ministro de Hacienda Alejandro Foxley a la cabeza. 'Sebastián Piñera fue un muy buen senador, era muy mateo y fue un negociador confiable. Sin cartas bajo la manga, una negociación muy transparente. Creo que su actitud en esa época fue un aporte que fue muy relevante para el éxito de esa reforma', dice. 'Fue el primer proyecto de ley importante que se discutió en el retorno a la democracia; y como el programa social de Aylwin no se iniciaría hasta que estuvieran los recursos disponibles, había una sensación ambiente favorable a que las cosas resultaran', recuerda.

La discusión fue en la sede legislativa que todavía estaba en construcción, en medio de martillazos, serruchos y polvo, en salas improvisadas en el subterráneo, donde actualmente están los comedores. 'El proyecto se envió en marzo del 90 y a los dos meses ya estaba aprobada, a pesar de su complejidad. Estaba programada para recaudar dos puntos del PIB y recaudó tres; porque también se modernizó la fiscalización del SII y se cerraron vacíos legales que terminaron rindiendo más que lo que se había estimado originalmente. Así que fue una experiencia exitosa y todo ese proceso creo que Sebastián Piñera fue un aporte'.

::LA DEUDA SUBORDINADA. El exsenador Andrés Zaldívar conoce a Piñera desde niño, por la amistad con su padre; incluso en 2010, le aconsejó acudir a la ley de catástrofes aprobada en el gobierno de Frei Montalva, cuando fue ministro. Y en el Parlamento coincidieron los 8 años en que el hoy Mandatario fue senador, desde 1990. Sus escritorios en el hemiciclo solo estaban distanciados por el pasillo que separaba a las bancadas DC y RN. En esta, dice Zaldívar, Piñera era 'un pollo en corral ajeno, sus compañeros lo miraban como un personaje un poco extraño, porque venía del mundo nuestro, era más solitario. A pesar de eso, tuvo mucha capacidad en ese gobierno y él apoyó muchas veces acuerdos para salir adelante. Siempre tuvimos un permanente dar y no dar para sacar el presupuesto, él llegaba con su lápiz BIC marcando todas las partidas, porque era muy metódico; pero al final llegábamos a los acuerdos. Nunca tuvimos un conflicto; discusión sí, pero provocarnos problemas no'.

Y en la comisión de Hacienda 'él era un duro negociador, pero se abría'.

Por todo lo anterior, Zaldívar dice: Me ha extrañado mucho en este gobierno su falta de capacidad de convocar. Creo que está muy encerrado y en una posición solitaria, fruto también de su personalidad; es un hombre autosuficiente, que cree tener mucho dominio sobre todos los temas y a veces escucha poco. Creo que él ha incurrido en un gran error de no abrirse en más espacio a buscar más conversaciones en forma más directa y coloquial incluso con la gente que piensa distinto de oposición. Ha tenido oportunidades pero no las ha aprovechado bien'.

'Por supuesto que hay que tener un segundo piso, pero un llamado telefónico muchas veces abre a la persona conversar y eso no se usa', añade. Reconoce que 'hacer política hoy es mucho más complejo, porque hay mucha individualidad, antes los comités parlamentarios cohesionaban sus votaciones y era más posible negociar', pero insiste: 'A Sebastián lo veo solitario, el síndrome de los presidentes; se encuentran solos en La Moneda'.