La Segunda

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Para el abogado constitucionalista y profesor de la UC, Patricio Zapata, no le parece correcto hablar de un Congreso 'obstruccionista'. Más bien crítico, pero que ha permitido al gobierno sacar adelante un conjunto de reformas que le parecían importantes.

—Juan Sutil dijo que era 'el peor desde el retorno a la democracia'

—No estoy de acuerdo. El Congreso Nacional debe representar lo que está sintiendo la comunidad. Es su primera tarea. Y este Congreso tuvo la lucidez, en un momento muy oscuro y terrible, de llegar a un gran acuerdo para iniciar un proceso constituyente. Y en una pandemia muy dramática ha estado tratando de representar. En momentos el debate ha sido de mejor calidad, en otro no ha sido de muy buena calidad, pero el juicio debe hacerse, primero, en vista del contexto que estamos viviendo. Y segundo: creo que hay gente que le está echando la culpa al Congreso por reclamos profundos de la ciudadanía, y no es que los parlamentarios estén inventando.

—¿Por qué, por momentos, el debate no es de buena calidad?

—Las cosas no comienzan en Chile ni terminan en Chile. Estos son tiempos planetarios muy difíciles para tener conversaciones políticas reflexivas, respetuosas, con mucha consideración técnica. En el mundo hay mucha presión para la propuesta más fácil, a la frase, al eslogan, al meme. Probablemente se da porque por un lado hay una crisis en la legitimidad de muchas instituciones que intermediaron el debate, como los partidos políticos, las iglesias, los sindicatos, entonces aparece con mucha fuerza el juicio directo del ciudadano, a través de un tuit, de Instagram y de un TikTok. Es muy equivocado pensar que la causa de esto es un determinado partido político, que es un plan del partido A o del partido B.

El Congreso ha tenido momentos muy importantes. Y sí, hay proyectos que a uno le pudiera parecer más discutibles, yo tengo mis dudad con varios de ellos, pero no comparto el juicio con que sea el peor. Es un Congreso que tiene más mujeres, más jóvenes, más diversidad. Es un Congreso más difícil, pero se parece más a la realidad. Y si vamos a empezar a resolver los problemas y no a parcharlos, necesitamos un Congreso que se parezca más a la realidad. Lo otro es un autoengaño.

—La presidenta del Senado dijo estar dispuesta a cometer sacrilegio a la Constitución, con tal de no evadir problemas urgentes ¿Cómo dialogar con un Parlamento más desafiante?

—Quizás lo que más cuesta en estos momentos de crisis y emergencia en los que es muy explicable que se quiera actuar con rapidez, es encontrar equilibrios. Equilibrio es la palabra clave. Siempre el Presidente tiene derecho a quejarse cuando siente que se pasan a llevar sus atribuciones. Pero lo equilibrado requiere ser preciso. Y no es correcto decir que este Congreso es totalmente obstruccionista. En estos 30 meses de gobierno, con minoría en ambas cámaras y en respaldo de opinión pública, ha podido sacar adelante un conjunto de reformas que le parecían importantes. Y varias de las acusaciones a sus autoridades han sido rechazadas. Sus proyectos han sido criticados, pero aprobados. Es cierto que hay una oposición muy crítica en el Congreso, pero cómo podría no serlo si muchas veces las críticas más duras vienen desde la propia coalición de gobierno. ¿Cómo se le puede pedir a un socialista que sea más suave con el gobierno que parlamentarios de RN? Ahí han sido durísimos. Lo mismo que alcaldes como Germán Codina. ¿Cómo se les iba a pedir que el miércoles votaran disciplinadamente, si esa misma mañana la figura mejor evaluada de la derecha, Joaquín Lavín, dijo que la propuesta era mala?

-"Hay una oposición muy crítica en el Congreso, pero lo más duro viene desde la propia coalición de gobierno".

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