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Felipe Bravo 158x1582

Luis Miguel se presenta hoy en el primero de cuatro conciertos en Santiago, y a sus fans no se les pasa por la cabeza pasar un mal rato como el que vivieron quienes lo fueron a ver en un show en México en diciembre pasado. Esa presentación terminó con pifias y quejas por parte de los asistentes, acusando que el artista estaba borracho sobre el escenario. Este es uno de los antecedentes que alertó al Sernac para enviarle, a modo preventivo, un oficio a la productora a cargo del evento para saber qué medidas tomaría en caso de que los conciertos agendados no se desarrollaran con normalidad.

'No es función del Sernac conocer el historial de nada', retrucó Jorge Ramírez, gerente general de la Asociación Gremial de Empresas Productoras de Entretenimiento y Cultura (Agepec), quien agrega que 'suponer conductas, historiales o leer el futuro no sé si es algo que le corresponde al Sernac'. El vocero gremial señaló que durante 2018 trabajaron junto a organismos en lo que llamó 'guía de alcance jurídico' para regular esta actividad, por lo que consideró el oficio del organismo como 'inoportuno y extemporáneo. El Sernac tiene que hacer su trabajo todos los días y no el día en que viene Luis Miguel', insistió Ramírez. Sin embargo, esta industria de los conciertos no tiene una historia muy distinguida si de derechos del consumidor se trata.

Consultado por este diario, el Sernac señaló que, entre enero y diciembre de 2018 recibió 3.028 reclamos contra el mercado de los espectáculos. Aunque llama la atención que 63,66% de estos tuvo una respuesta negativa o simplemente no hubo respuesta alguna de parte de las empresas. A juicio de Felipe Bravo, profesor de derecho económico de la Universidad Católica, esta industria es compleja. 'Usualmente, un reclamo en contra de la ticketera por cancelaciones en las ventas de entradas tendrá como respuesta que son las productoras las que se encargan del espectáculo, y a su vez, un reclamo contra la productora tendrá como respuesta que son los artistas quienes ofrecen el show. De ahí que la búsqueda de responsabilidades sea difusa', sostiene el abogado.

Ramírez apunta a un problema de 'contexto' y afirma que 'el Sernac ha entendido que de sobre 1,7 millón de boletos, el porcentaje de reclamos que hay es ínfimo y, generalmente, son siempre de una o dos productoras (... ) de manera que generalizar es totalmente inconveniente'.

Largo camino judicial

Dada la negativa de responder ante los reclamos, los tribunales terminan siendo el escenario donde buscar respuestas. Un caso, a estas alturas emblemático, es el del show de Madonna en 2012, quien se presentó con una hora de retraso y haciendo una presentación más breve de la prevista.

Recién en septiembre de 2018 la justicia tomó una determinación, cuando el 20º Juzgado Civil de Santiago acogió la demanda colectiva y determinó que la productora Time For Fun Chile S.A. (T4F) debía indemnizar a los asistentes, aunque el caso ahora está en la Corte de Apelaciones. Tal como en el caso de la 'Reina del Pop', Bravo indica que, 'lamentablemente, estos procedimientos son particularmente largos en nuestro país, y luego de varios años, usualmente cuatro o cinco, recién es posible tener sentencias en esos juicios'.

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