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Si algún joven se acerca a cualquier cantón de reclutamiento, puede leer que son dos los requisitos para hacer el servicio militar: tener entre 17 y 24 años y ser chileno. Pero hay un tercer punto que no aparece en la propaganda y que puede significar el derrumbe de la postulación: los tatuajes.

Esa preocupación se vivió a días de finalizar el proceso de selección en la Armada. En medio de los trámites, unas postulantes se notaban especialmente nerviosas: llevaban informes médicos que acreditaban que se estaban borrando sus tatuajes en el antebrazo.

Al final, 498 chilenas postularon a nivel nacional al servicio militar en la Armada y solo 30 fueron las aceptadas.

En la Armada son extremadamente rigurosos con el tema, sobre todo si están en brazos, piernas y cuello. Por ejemplo, si quiere postular a la Escuela Naval y tiene uno o varios tatuajes, el requisito es que el diámetro sea menor a tres centímetros y que se haya hecho hace más de un año.

El jefe del Departamento de Admisión de la Armada, capitán de navío Julio Torrejón, explica que están prohibidos los grabados que se vean al vestir el uniforme o las tenidas deportivas. Pero aclara que los postulantes pueden presentar un certificado que acredite el tratamiento de remoción.

El capitán de navío agrega que "el tatuaje visible no está acorde al uso del uniforme, ya que este debe ser llevado con gallardía, prestancia y corrección".

El abogado constitucionalista y académico de la Universidad Católica, Francisco Leturia, opina que "lo de la prestancia en el uso del uniforme es subjetivo, no alcanza a tener sustento constitucional, porque alguien podría decir lo contrario, que el uso del tatuaje le da más elegancia. Alguien puede opinar que el sobrepeso es incompatible con el uso del uniforme, y que quita prestancia y gallardía. Habría que ver si la prestancia y gallardía que los marinos alegan sean una función o una necesidad relevante para alguien que pertenece a esa rama de las Fuerzas Armadas".

¿Y el resto?

En el Ejército no son tan estrictos como sus pares marinos. Explican que el uso de tatuajes "no constituye un aspecto excluyente de postulación a la institución y su permanencia". Sin embargo, agregan que "dichas expresiones no deberían quedar a la vista del uso del uniforme".

En la Fuerza Aérea, en tanto, también se prohíbe el tatuaje visible, pues buscan "uniformar y estandarizar la presentación personal del aviador militar, proyectando de tal forma la imagen de la Fuerza Aérea ante la ciudadanía". ¿Y en Estados Unidos? Desde mayo del 2016 que la Marina gringa permite a sus soldados tener tatuajes en zonas visibles, pero en el cuello sólo uno, cuyo tamaño debe ser de una pulgada (2,54 centímetros).

En combate

El abogado Francisco Leturia dice que legalmente solo se puede discriminar el look de alguien cuando afecta las necesidades del cargo. "Es razonable esa justificación si uno es comando a cargo de una serie de operaciones especiales y tener un tatuaje muy visible permitiera ser fácilmente reconocido", explica.

Fernando Wilson especialista en historia naval de la Universidad Adolfo Ibáñez, agrega que la restricción del tatuaje comenzó con el nacimiento de la medicina preventiva militar, justo después de la Segunda Guerra Mundial. "Se prohibieron los tatuajes, aros y cualquier intervención en el cuerpo con el objetivo de reducir las posibilidades de infección".

En condiciones de combate regular, añade, el tatuaje no significa una desventaja, pues el uniforme cubre y protege la piel, pero sí juega un rol importante en tareas de seguridad interior, como las misiones secretas.

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