Diario Pulso

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En el capítulo acerca de Chile, la "Encuesta Global sobre Delitos Económicos 2016" que realiza PwC a nivel mundial, muestra que el 87% de los consultados dice tener un programa de ética y cumplimiento, no obstante, sólo el 44% de ellos está muy de acuerdo con que los valores de su organización estén claramente definidos y sean bien entendidos por sus trabajadores.

El informe da cuenta de la gran preocupación que existe por este tema en las grandes compañías con operaciones en Chile. Sin embargo, -según los especialistas- en el caso de estas últimas, aún falta para pasar de la preocupación a una "ocupación" más efectiva.

Según Daniel Farías, senior account director de Chile GRCThomson Reuters, en los últimos años ha habido un interés creciente por parte de las empresas chilenas respecto a la importancia que se le debe dar alas políticas de compliance debido tanto a una exigencia mayor por parte de los entes reguladores, como al riesgo reputacional y comercial. "Pero aún falta una cultura de compliance más fuerte dentro de las empresas, junto a una visión más proactiva que reactiva frente a los eventuales riesgos que el no cumplimiento conlleva", comenta el ejecutivo de Thomson Reuters.

En Chile, la gran mayoría de las empresas de origen local se ha acercado al mundo del cumplimiento, debido a la Ley 20.393 (2009) que establece "La Responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas" en los delitos de lavado de activos, financiamiento del terrorismo y delitos de cohecho, la cual fue modificada en julio de 2016. Esta normativa insta a tener un modelo de prevención de delitos, además de un "oficial de cumplimiento" (compliance officer), lo que les permite a las compañías eximirse de responsabilidad, en caso de que algún empleado incurra en los delitos tipificados en dicha ley.

"Pero con eso no basta", asegura Ricardo Jungmann, abogado y especialista en compliance. "Si se mira la perspectiva internacional, la prevención de delitos es sólo una artista del compliance. La aproximación correcta es la que han tomado las grandes multinacionales que se han visto expuestas a delitos de alta connotación. Esto es, un acercamiento global al tema, con gerencias corporativas, cuyo objetivo es implementar ciertas acciones o herramientas para prevenir los riesgos críticos derivados del incumplimiento de normas, estándares de conducta o políticas internas", dice Jungmann.

Incluso, el abogado va más allá. "Muchas empresas confunden compliance con las auditorías, pero lo que hace ésta es mirar por un retrovisor los procesos que ya se cumplieron. El compliance está antes. Es la prevención, principalmente, de los grandes escándalos", asegura Jungmann, quien además es académico y ex director del Diplomado en Compliance UC.

Directorios, la clave

Otro aliciente que han tenido las compañías para subirse definitivamente al carro del compliance son las Normas de carácter general 385 y 386 de la SVS, sobre sustentabilidad en los directorios de empresas que cotizan en bolsa.

Las normas, publicadas a mediados de 2015, tienen como objetivo mejorar la información que reportan las sociedades anónimas abiertas en materia de gobierno corporativo, e incorporar la difusión de prácticas relacionadas con responsabilidad social y desarrollo sostenible. "Esto resulta fundamental, pues la cultura y las personas son las principales líneas de defensa de una organización y, por lo tanto, el ejemplo y el compromiso del directorio y de la alta gerencia, en esa materia, es primordial", dice Pedro Trevisan, gerente de forensic services de PwC Chile.

Farías es de la misma opinión. "Es imprescindible el compromiso de parte del directorio y alta gerencia, además de destinar mayores recursos para la implementación de herramientas adecuadas tales como manuales de prevención, certificaciones, códigos de conducta, capacitación constante a los empleados y software de revisión de registros para detección de alto riesgo, entre otros", apunta Fa-rías.

Ricardo Jungmann estima que las empresas chilenas han estado enfocadas en los riesgos clásicos, como los operacionales, financieros y estratégicos, pero la gran mayoría no está mirando lo que significan los riesgos de cumplimiento. "Un claro ejemplo son los escándalos de libre competencia que han pasado en el último tiempo.

Posiblemente esas empresas no vinieron venir el riesgo, por eso es clave que sea el directorio quien lidere la importancia de crear una cultura ética y de ahí se baje al resto de la compañía", apunta el abogado. Un reciente estudio de PwC sobre la implementación de la NCG 385 muestra que, en promedio, el 60% de las sociedades abiertas chilenas declaró no haber implementado las buenas prácticas en tomo a los procesos de gestión y control de riesgos.

Crece el mercado A medida que crece el interés de las compañías por el compliance, también aumenta la oferta de profesionales y asesores especializados. Según un análisis de la consultora especialista en reclutamiento Michael Page, en Chile hay un crecimiento de un 15% de perfiles ligados al mundo del compliance, los que se dan en dos líneas. La primera ligada a profesionales del mundo legal (abogados) y la otra, relacionada al mundo financiero/auditoría, básicamente contadores o ingenieros comerciales.

Pablo Errázuriz, senior consultant de Michael Page aclara que "el foco de búsqueda de estas posiciones se da principalmente en empresas multinacionales, listadas en bolsa y grandes corporaciones con gobiernos corporativos sólidos, señala Errázuriz. Las posiciones más habituales parten desde la cabeza del área (compliance officer), derivando luego en jefaturas o analistas del área.

Suelen ser departamentos pequeños, pero claves dentro de la compañía, reportando habitualmente a una figura de gerente general e incluso algunos directorios dependiendo de la estructura. "Por ello la importancia de contar con perfiles sólidos técnicamente, con un gran rol negociador e influenciador, de manera de avanzar con las políticas que se implementen", apunta el ejecutivo de Michael Page. Incluso, muchas empresas ofrecen servicios y soluciones orientadas al compliance.

Un ejemplo es la "Malla Relacional" de Equifax, producto que tiene una especialidad denominada como "Solución Compliance", servicio que ofrece un análisis que permite identificar compromisos o acuerdos ocultos que podrían poner en peligro la operación de una empresa, "protegiéndola y permitiendo mitigar riesgos eventuales, como por ejemplo la relación con proveedores o empleados con personas expuestas políticamente", indican en Equifax.

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