Diario Estrategia

Jaime del Valle Valenzuela

El abogado tributarista, Jaime Del Valle, expuso ante los asistentes del Primer Encuentro con Gremios Regionales, organizado por la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), realizando un detallado recorrido por los principales alcances de la reforma tributaria y su implementación. En la convocatoria, el especialista tributario afirmó, que a pesar de lo avanzado, todavía hay tiempo para adecuaciones, enfatizando que "un sistema único, para la totalidad de los contribuyentes, es lo que corresponde", debido que, "un sistema dual es difícil de implementar".

Entre las principales críticas, Del Valle, destacó que una combinación de sistemas, donde hay personas a las que se les trata de una manera, a otros de otra y a un tercer grupo con una mezcla de ambos modos, es algo que es muy complicado de entender, recalcando que "es muy difícil que los contadores, asesores y contribuyentes en Chile logren llevar esto a la práctica y hacerlo de manera correcta. También es difícil que los empresarios lo entiendan y manejen adecuadamente para poder determinar cuál es el impuesto a pagar para poder calcular un flujo de un negocio que buscan realizar". Agrega que también "es complejo para el inversionista internacional, el que además en algunos casos tendrá ventajas comparativas importantes en la tasa efectiva".

Frente a los posibles cambios a la reforma tributaria, el abogado tributarista señaló que se debe buscar un sistema más simple, que funcione y que sea conocido por todos los contribuyentes. Incluso, se sumó a la postura de una posible prolongación a la vigencia del actual sistema, destacando que "el FUT 2.0, que ya tapó los hoyos y que finalmente, con una tasa más alta, ocupa un sistema conocido de un mecanismo integrado, dando crédito al contribuyente y que logre tributar más, pero en un sistema con un marco razonable, conocido, implementable, creíble y que no frene los negocios al dar certezas a los contribuyentes".

En relación, al sistema de renta atribuida, Del Valle criticó el modelo, señalando que la empresa paga su impuesto conforme a su renta líquida imponible y la atribuye en un 100% a los socios o accionistas, sin que estos hayan necesariamente retirado absolutamente nada. Por consiguiente, "hace una ficción de una distribución de flujos sin que exista realmente, y ese contribuyente va a pagar por dicha atribución conforme a la tasa que le corresponda, independiente de que esos flujos hayan sido utilizados por la empresa como capital de trabajo". Por otra parte, añadió que el sistema integrado parcial, si bien fue positivo como alternativa al atribuido como sistema único, no es un buen mecanismo en forma aislada, porque además de complejo es muy caro, por lo tanto, no pude ser el único régimen disponible, ya que, "sería un encarecimiento brutal de la tasa efectiva".