Estrategia

Eduardo Lagos Lorent

Sin duda el Protocolo de Acuerdo de la Reforma Tributaria constituye un avance respecto de los inquietantes contenidos del proyecto original. Una de sus novedades es que respecto del impuesto la ganancia obtenida en la venta de propiedades heredadas, el impuesto de herencia pagado previamente por dicha propiedad constituirá crédito. Esta disposición no estaba contenida en el proyecto original y constituye una saludable idea respecto de uno de los escenarios de doble tributación que genera la coexistencia del Impuesto a las Herencias y el Impuesto a la Renta.

No obstante, se echa de menos una disposición que es fundamental para la subsistencia de las pyme, frente la muerte de su fundador. Es raro que los herederos de una pyme tengan caja suficiente para pagar el impuesto a la herencia, que constituye un verdadero impuesto al patrimonio. Esto los obliga a "liquidar" algunos de los activos de la pyme para poder pagar el impuesto. Esta situación se solucionaría fácilmente permitiendo pagar este impuesto en varias cuotas anuales.

No obstante, lo que es más perturbador, es que como son los herederos los gravados por el impuesto, la mayor parte de las veces tienen que hacer retiros desde la pyme que heredan para poder pagar el impuesto, los que quedan gravados con el Impuesto Global Complementario... y habitualmente en su ¡tramo máximo!... Es decir, para poder pagar un impuesto tiene que tributar ¡con otro!... Como el lector comprenderá, esta doble tributación tiene un tremendo impacto en las posibilidades de supervivencia de las pymes a la muerte de su fundador, y si tanto se habla de proteger a las pymes debería ser corregida. Es la oportunidad de hacerlo.

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