El Mercurio

JOSE-JOAQUIN-UGARTEGODOY

Señor Director:

Reclama el profesor Agustín Squella en esta sección de que el Presidente Sebastián Piñera haya usado al menos cinco veces la palabra Dios en su último discurso en La Moneda. Y añade que ya nadie podría razonablemente sostener que el origen del poder está en Dios.

La verdad es que, en eso, actuó admirablemente el Presidente Piñera. Lo acompaña Platón, según el cual "con toda certeza Dios ha de ser para nosotros la medida de todas las cosas" (Leyes 716, c), y Aristóteles, quien enseña que contemplar y servir a Dios es el último fin del hombre (Ética Eudemia 1249b), y Cicerón, para el cual Dios ha engendrado al hombre proveyéndolo de razón, y constituyendo así "una primera sociedad de razón del hombre con Dios" (Leyes , I, VII); y "habrá un solo Dios como maestro común y jefe de todos, autor, juzgador y promulgador de esta ley" (la natural) (República III, 17); y Virgilio, quien pocos años antes del nacimiento de Jesucristo, en su Égloga IV nos dice que está por cumplirse el vaticinio de la sibila de Cumas, de que un niño hijo de Dios bajará del cielo para regir el mundo con los poderes de su Padre y restablecer la edad de oro, inaugurando un nuevo orden de los tiempos.

También don Alfonso X El Sabio, para quien "Dios es comienzo, e medio e acabamiento de todas las cosas, ca por el su poder son fechas, e por el su saber son gobernadas, e por la su bondad son mantenidas" (Prólogo del Código de las Siete Partidas); y la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América, en que leemos: "Sostenemos que son evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador con ciertos derechos inalienables; que entre ellos están la vida, la libertad, la búsqueda de la felicidad. Que para asegurar estos derechos son instituidos los gobiernos entre los hombres"; Martin Luther King, que dijo, censurando las leyes de discriminación racial: "Una ley justa es un código hecho por el hombre que concuerda con la ley moral o ley de Dios" (A testament of hope), y el Preámbulo de la Constitución de Hungría de 2011, en que leemos: "Dios salve a Hungría. Nosotros, el pueblo de Hungría... estamos orgullosos de que nuestro Rey Esteban, santo patrón de Hungría durante mil años, haya fundado sobre buenos cimientos nuestra Patria, incorporándola a la Europa cristiana... Reconocemos el papel del cristianismo en la pervivencia de la Nación".

Los grandes filósofos, y los monumentos de las letras y de la vida política de siempre están, pues, en esto, con el Presidente Piñera.