La Segunda

Guillermo Ramirez 96x96

Los asesores de Michelle Bachelet aprendieron la lección tras la elección presidencial pasada. La combinación Piñera-MEO-Frei tenía a este último en una situación incómoda, al tener que retener los votos de la izquierda tentados por MEO y los del centro tentados por Piñera. Era como estar en un bote lleno de hoyos sin suficientes manos para taparlos todos. En el comando de MEO aseguran que un mes antes de la elección habían superado a Frei en las encuestas, razón por la cual Frei se izquierdizó todo lo que pudo, asegurando su paso a segunda vuelta, pero entregando finalmente la elección presidencial.

Frei no tenía alternativa, pero Bachelet sí. Dado que su gran fortaleza es su adhesión personal, puede jugar un poco a no quedar mal con nadie. De ese modo no es ni muy de izquierda (para no regalarle terreno a Matthei) ni muy de centro (para no permitir que MEO crezca).

¿Resultado? Ella dice que quiere nueva Constitución, pero no dice si con Asamblea Constituyente o no. De hecho, sus dos voceros dieron una entrevista conjunta en la que diferían acerca de si habría o no Asamblea. Eso sí, estaban de acuerdo en que aún no había "pronunciamiento explícito de la candidata". Genial, ¿no les parece?

Con educación pasó lo mismo. Primero sería gratuita para todos, luego no, y luego de nuevo sí. Todo esto, que en algunos genera sensación de chacota, es en realidad una estrategia brillante y una fortaleza de la campaña de Bachelet. Además, con debates de nueve candidatos va a ser muy difícil emplazarla para que se defina: con dos horas de programa, cada candidato va a hablar menos de diez minutos en total.

Pero no todo es risas en el comando de Bachelet. Su gran debilidad -y ahí lo saben bien- es la Concertación. Perdonen la analogía, pero yo veo a la Concertación como un gran agujero negro que atrae todo a sí para destruirlo. Piense, por ejemplo, en el movimiento estudiantil que otrora gozó de la simpatía de la mayoría de los chilenos y que hoy -con sus principales dirigentes cooptados por la Concertación- alcanza una aprobación del 23%.

El poco compasivo agujero negro también ha hecho de las suyas con su candidata presidencial. Hace un año, mientras Bachelet se paseaba por Nueva York lejos de los dinosaurios políticos concertacionistas, su evaluación positiva era de un 76%. Hoy alcanza el 64% (y bajando), a pesar de que le prohibieron a Girardi y compañía ir a buscarla al aeropuerto para que la gente no los asociara demasiado.

Y si la Concertación en general es un problema, el Partido Comunista en particular lo es más. Con su absurda insistencia de que en Cuba hay democracia y la revolución bolivariana es un éxito; con sus exigencias (ya satisfechas) de obtener cupos parlamentarios sin competencia; y con la orgullosa confesion del presidente de la tienda acerca de su autorización para hacer un atentado que acabó con la vida de escoltas inocentes, la verdad es que el PC no ayuda mucho a su candidata presidencial.

Tengo la impresión de que en las próximas semanas se irá despejando el escenario político y quedará claro para todos los comandos que la segunda vuelta es inevitable, sin que MEO tenga opciones de llegar a ella. Así las cosas, sin el miedo de que MEO pueda crecer por la izquierda, Bachelet irá moderando el discurso para buscar el voto de centro; para desgracia de los más izquierdistas, asambleístas y comunistas.