El Mercurio Legal

"Es uno de los hombres que más impacto me causó en nuestra convivencia, fuimos buenos amigos, almorzábamos juntos dos veces a la semana. Era un hombre de ideas y convicciones claras", dice el ex Presidente Patricio Aylwin, cuando recuerda al profesor de derecho constitucional Alejandro Silva Bascuñán, quien falleció la noche del martes a los 102 años.

El abogado, uno de los fundadores de la Falange Nacional —precursora del partido demócrata cristiano—, tuvo una larga trayectoria profesional, cruzando distintos ámbitos del quehacer jurídico. Fue por décadas el profesor de la cátedra de Derecho Político y Constitucional en la U. Católica; ocupó el cargo de presidente del Colegio de Abogados, entre 1964 y 1975; y ejerció como abogado integrante de la Corte Suprema a comienzos de los noventas.

Y si bien Silva Bascuñán tuvo una fuerte vinculación con la academia, el mundo político no le era ajeno, pues a su trabajo en la formación de la Falange, se sumó poco después su participación en el "Grupo de los 24" y en la "Comisión Ortúzar". Fue además un activo miembro de la Acción Católica, llegando a ser el presidente de la sección de hombres.

También destacó como autor de múltiples ensayos jurídicos y políticos, así como de numerosos tratados, siendo su "Tratado de Derecho Constitucional" una de sus obras fundamentales.

El ex ministro de Justicia, Francisco Cumplido, quien lamentó "profundamente la infausta noticia" de su muerte, considera que estos volúmenes son uno de los grandes "aportes al derecho constitucional chileno". Una apreciación con la que concuerda el presidente de la DC, Ignacio Walker, pero el senador quiso destacarlo en su rol de fundador del partido democratacristiano, "al que perteneció toda su vida", y como miembro de una "minoría profética que se rebeló contra las injusticias del orden establecido (...), mostrando como línea invariable el apego al derecho y la justicia".

"Nació con pocos días de diferencia de Eduardo Frei Montalva y junto a un puñado de jóvenes marcaron la vida política nacional hasta el día de hoy, hasta el momento mismo de su partida", recuerda.

Formador de maestros

Para muchos de sus alumnos, Silva Bascuñán más que un profesor, fue un formador. Así lo confirma la presidenta del Tribunal Constitucional, Marisol Peña, quien fuera su alumna y ayudante. "Entregaba enseñanzas de vida, relacionadas con la importancia de la justicia, de la democracia, del respeto a los derechos fundamentales, de la libertad de las personas", recuerda.

Y aún más, cuenta que cuando recibió el grado de profesora titular en la UC, el más alto que se puede recibir en el plantel, "lo primero que hice fue ir a compartirlo con él, porque entendía que no habría llegado a donde estoy, si él no hubiera creído que era capaz de entregar algo al derecho constitucional".

El decano de Derecho UC, Roberto Guerrero V., por su parte, destaca que fuera "uno de los profesores más reconocidos de la facultad, tanto que la universidad le confirió los grados de profesor emérito y de doctor honoris causa, las dos distinciones honoríficas más altas".

Comenta que trabajó en sus publicaciones prácticamente hasta el último día de su vida, "dejándonos un legado no sólo en el recuerdo de quienes lo conocieron, sino para las generaciones venideras". Además, dice, fue "el maestro de los actuales maestros y un precursor en su disciplina"; en lo humano, "un modelo a seguir, por su sencillez, generosidad y laboriosidad".

"Lo echaremos de menos —dice— ya que era de esas personas con las que se encuentra poco uno en la vida. Bien intencionado, leal y consecuente. Interesado en los demás hasta en los detalles (...) y la prueba es que fue respetado por todos quienes lo conocieron".

Sus funerales serán hoy a las 11:00 horas en la Parroquia Santa Elena, en Las Condes, y luego será trasladado al Cementerio General.