Estrategia

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Justo en momentos en que el caso La Polar —el mayor escándalo financiero de la historia de Chile- todavía sigue su curso en los tribunales, y que tuvo como uno de sus sancionados por la SVS a la auditora externa PWC, ahora estalló el tema de los graves errores en los balances de SMU. En este caso también está en la mira, por su eventual responsabilidad, una auditora: Deloitte. Y en ese sentido, en el mercado se preguntan ¿cómo puede ser que una auditora no detecte situaciones de tal magnitud como las mencionadas?.

Los hechos cobran gran magnitud al considerar que eventuales actuaciones negligentes o dolosas de las auditoras pueden dañar seriamente el patrimonio de los inversionistas, quienes confían en el profesionalismo de estas empresas. Al respecto, existen antecedentes y que se remontan a mechados de los 90 cuando el Fondo de Inversión de Desarrollo de Empresas Midway demandó a PWC una indemnización de perjuicios por cuasidelito civil, derivado de la inversión realizada en Isacruz, cadena de 25 cementerios, cuya quiebra involucró unos US$200 millones de la época, afectando a diversos fondos.

Si bien en el año 2006 la Corte Suprema puso fin a dicho juicio, rechazando la demanda, se abrió un amplio debate sobre las responsabilidades de las auditoras externas. Al respecto, el abogado Felipe Bahamondez —profesor de derecho de la PUC- en un paper llamado: "Pricewaterhouse. Responsabilidad de las empresas auditoras externas por sus labores profesionales", manifestó que "desde nuestra perspectiva, creemos que el rol de los auditores externos es tan importante en el mercado de capitales y en el proceso de formación de capitales, que un error en su actuación profesional no puede ser pasado por alto, si bien pueden haber consideraciones que hagan atenuar el monto de los posibles perjuicios causados".

Y si no se tratara de errores, en todo caso, en su Artículo 134 la Ley de Sociedaes Anónimas establece que "los peritos, contadores o auditores externos que con sus informes, declaraciones o certificaciones falsas o dolosas, indujeren a error a los accionistas o a los terceros (pie hayan contratado con la sociedad, fundados en dichas informaciones o declaraciones falsas o dolosas, sufrirán la pena cb presido o relegación menores en sus grados mecho a máximo y multa a beneficio fiscal por valor de hasta una suma equivalente a 4.000 UF".

Conflictos de interés

En el marco de la discusión que se está dando, uno de los cuestionamientos apunta a que una auditora podría tener una "mano más blanda" con aquella empresa que representa un alto porcentaje de sus ingresos, y por ende perder a ese cliente le representaría un perjuicio eLononuco relevante.

Según los últimos datos conocidos, en el 2011 SMU le pagó a Deloitte por sus servicios $2.134 millones, una cifra muy elevada al compararla con otros casos. Por ejemplo, en la última junta ordinaria de accionistas de SQM se ratificó a PWC con una remuneración anual de 31.000 UF (unos $714 millones), mientras que KPMG había ofrecido su servicios por 26.500 UF (5610 millones) por un total de 26.500 horas de trabajo, es decir, una tarifa de una UF por hora.

Otra de las ideas que surgió para perfeccionar el sistema de auditoría externa fue limitar el número de años en que una auditora pueda trabajar con un cliente, con el fin de eliminar los vínculos personales que se generan a través del tiempo. Al respecto, Dieter Linnenberg director ejecutivo Centro de Gobierno Corporativo de la Universidad de Chile- sostiene "que esta propuesta fue debatida por muchos años en la SVS, pero finalmente se optó por una regulación donde se cambia cada cinco años el socio que efectúa la auditoría y no a la auditora, porque los lazos de amistad que se generan a través del tiempo se dan entre las personas. Además, son muy pocas las auditoras que trabajan con las grandes compañías, y estas tienen áreas muy especializadas en sectores específicos de la economía. En España, por ejemplo, no resultó la obligación de cambiar anchova y tuvieran que volver atrás".

Y en ese sentida un grave problema que afecta al mercado chileno es la alta concentración del sistema de auditoras, pues pese a que hay 56 inscritas en la SVS (tres en trámite) las llamadas "big four" abarcan más del 90%. De hecho. las 40 empresas del 1PSA sólo son auditadas por Ernst & Young, Deloitte, KPMG y PWC que pealó un importante número de clientes tras el escíndalo de La Polar. Se estima que esta industria factura sobre US$300 millones al año.

Linnenberg agrega que "el cambio de socio no es lo óptimo, pero junto con otras regulaciones, como que una empresa no tenga un peso muy grande en los ingresos de la auditora, otorgan un buen marco normativo para que disminuyan los conflictos de interés que se pueden generar entre las partes. La reciente reforma a la Ley de Gobiernos Corporativos introdujo una serie de reformas a las auditoras, pero sin duda hay espacio para mejorar, y así lo demuestran los últimos casos que se han conocido en el mercado chileno (La Polar y SMU). Adunas, es inaceptable que un auditor al poco tiempo de haber hecho una auditoria aparezca trabajando en la empresa que auditó".

Sin embargo, en opinión de Alfredo Enrione -profesor titular de la Cátedra PricewaterhouseCoopers de Gobierno Corporativo en la Universidad de Los Andes-"el conocimiento de la empresa es algo muy importante en este tipo de funciones y no es bueno perderlo por una imposición de rotación obligatoria de firmas auditoras. Los accionistas de las empresas tienen anualmente la decisión soberana de mantener o rotar al auditor, no veo que sea algo que se deba imponer por ley".

Lo que viene

Por su parte, Fernando Coloma, superintendente de Valores, en reciente entrevista con Estrategia, detalló las próximas transformaciones que vienen para las auditoras. 'En lo fundamental apuntan a un cambio en los estándares sobre la gente que trabaja en el tema de la audtoría, pues se establecen una serie de requerimientos para los socios, como conocimientos, estudios, etc. En los reglamentos internos tiene que estipularse la política de la auditora respecto de capacitación, los niveles de competencia de los equipos. También tiene que establecerse, por tipo de auditado, las horas que se le dedicará".

La autoridad explicó que el auditor también tiene que tener una política de involucramiento de relaciones con el directorio de la empresa auditada. A su vez, decir cuál es la política del socio principal —que es el que firma el balance- con sus equipos de trabajo, "porque muchas veces no se involucran como corresponde, y por ello estamos haciendo un esfuerzo para que se explicite el grado de involucramiento del socio principal, pues en el mercado existe una sensación de que no se meten mucho. Tras el caso La Polar hubo un sentido de mayor urgencia de perfeccionar el sistema de auditoria. De hecho, ahora en la SVS tenemos una nueva unidad que sólo se dedica a la supervisión de las auditoras externas".