La Tercera

Patricio Zapata

Justificado indignación ha provocado en la ciudadanía el estado en que quedó el Parque Forestal y sus alrededores, tras el recital masivo que conmemoró los 50 años de existencia del grupo Los Jaivas. Se trató de un espectáculo gratuito, inexplicablemente autorizado por el Municipio de Santiago sin haber exigido mínimas medidas de resguardo a sus organizadores, lo que dio pie a múltiples destrozos, el robo de valiosas obras de arte desde el Museo de Arte Contemporáneo y la acumulación de basura que, según el propio municipio, alcanzó las 20 toneladas. Lo acontecido debe motivar una profunda revisión de las autorizaciones para este tipo de eventos masivos, los que si bien despiertan alto entusiasmo en la población, deben ser realizados en zonas especialmente diseñadas para ello y que no pongan en riesgo a los vecinos ni a los asistentes.

La alcaldesa de Santiago ofreció públicas excusas a los vecinos del Parque Forestal y justificó lo sucedido ante la llegada de unas 70 mil personas, en circunstancias que se esperaban unos 15 mil asistentes. La autoridad edilicia habló de "descontrol", "irresponsabilidad" y "desmesura" de los asistentes, y señaló que a futuro se evitará autorizar eventos de esta magnitud en dicha zona. La explicación resulta insuficiente, porque incluso asumiendo que hubiesen llegado las personas inicialmente previstas, el lugar carecía de las medidas de seguridad y equipamiento sanitario para cobijar un recital masivo, por lo que a todas luces, no fue acertado haber escogido el Parque Forestal para una conmemoración de este tipo. Atribuir lo sucedido a un problema de "falta de cultura" de los asistentes, no hace más que constatar un dato que debió haber sido considerado previamente por la autoridad, pues existen abundantes precedentes de similares desmanes en actos de este tipo.

El país ha dado pasos significativos para combatir la violencia en los estadios, y hoy en día, los eventos deportivos -en virtud de la legislación vigente y la aplicación de programas como "Estadio seguro"- deben cumplir con estrictos resguardos. Por ello, no parece lógico que eventos masivos que convocan a una asistencia tanto o más numerosa, puedan realizarse con relativa facilidad y sin estar sujetos a mayores obligaciones en cuanto a la seguridad que se debe brindar a los asistentes y en general, para asegurar el orden público. Queda al desnudo una incongruencia que debe ser corregida.

En este caso se ha desoído la voz de los vecinos, quienes desde hace tiempo han advertido a las autoridades municipales y regionales sobre distintas manifestaciones de todo tipo que con frecuencia tienen lugar en el Parque Forestal -ferias artesanales, fiestas culturales o grupos de protesta ciudadana- y que han deteriorado la calidad de vida en el sector. El legítimo interés ciudadano por asistir a eventos culturales o artísticos no debe darse al costo de afectar la calidad de vida de los vecinos, y cabe esperar que esta consideración esté presente en las futuras autorizaciones de eventos masivos, que hoy se hacen frecuentes en distintos puntos de la ciudad.

Los eventos artísticos y culturales masivos son frecuentes en las grandes ciudades del mundo -ejemplo de ello son los conciertos de verano que tienen lugar en parques de grandes urbes, como Nueva York, Chicago o Londres- y constituyen un aporte al enriquecimiento de la vida cultural y al goce responsable de la infraestructura de los espacios que brinda la ciudad. Santiago no debe renunciar a este tipo de espectáculos, pero es relevante que si se trata de eventos abiertos se privilegien zonas aptas para ello, como por ejemplo, el Parque O'Higgins.