El equipo de profesionales y alumnos presentó un Recurso de Casación en el Fondo ante la Corte Suprema, representando a una madre que, actuando en nombre de su hijo, solicitaba la impugnación de la paternidad del padre biológico y al mismo tiempo reclamaba la paternidad putativa de la pareja de la madre.

Tras un largo camino judicial, el caso ingresado el año 2016 al área de Derecho de Familia de nuestra Clínica Jurídica, finalmente fue resuelto el pasado 5 de abril por la Excelentísima Corte Suprema, por cuanto la entidad acogió la petición realizada y terminó por resolver una nueva interpretación al derecho filiativo, acción sin precedentes en nuestro país.

El caso, que consistió en una demanda de impugnación y reclamación de paternidad, tuvo algunas particularidades importantes siendo la primera de éstas, la acción interpuesta por la madre de un niño de 8 años de edad, en contra del padre biológico de este quien, desde su primer año de vida, lo abandonó tanto en el plano económico, como emocional y familiar; en tanto que la segunda, tiene relación con la reclamación de paternidad de la actual pareja de la madre, por cuanto es él quien en definitiva se ha desenvuelto como padre y, por ello, que se buscaba este reconocimiento.

El fallo de la Corte Suprema se declaró favorable a la petición hecha por la Clínica Jurídica (ROL 18213-2019) reconociendo, de este modo, que el ausente padre biológico ya no era padre legal del niño, por lo que esa posición ahora la tomaría la actual pareja de la madre quien, en los hechos, ha sido la persona que realmente ha cumplido ese rol desde que el niño tenía 2 años. Asimismo, esta sentencia resulta sumamente importante, puesto que reafirma una novedosa línea jurisprudencial a nivel nacional al afirmar el derecho personalísimo e inalienable a la construcción de la identidad propia, reconociendo la paternidad afectiva.  

La Clínica Jurídica en su rol docente y de innovación, junto al incansable equipo jurídico compuesto por el abogado ayudante Patricio Villavicencio y los alumnos Cristóbal Ureta, Matías González Ariztía, Isabel Cillero, Javiera Durán y Catalina Reyes, dirigidos por la profesora Heydi Román Palacios, dieron esta lucha de cuatro años.

Al respecto, la profesora Román quien tramitó y alegó en la Corte Suprema, señaló que “este es un verdadero hito judicial y un logro excepcional para la Clínica Jurídica. Se ha abierto el camino para una interpretación nueva y más amiga del Derecho Internacional y el reconocimiento del interés superior del niño, como lo es la configuración de la identidad del niño. Sin duda, este caso será estudiado por mucho tiempo por alumnos y profesionales del derecho debido a la importancia de lo resuelto.”

En tanto, el alumno Cristóbal Ureta manifestó que “mucha gente en nuestro país no tiene los medios para acudir a un abogado con experiencia y calificación, capaces de abordar problemas jurídicos de alta complejidad, como éste en particular. La Clínica Jurídica juega un rol importantísimo en este tipo de situaciones, puesto que ofrece gratuitamente asesoría y representación jurídica de profesionales del mejor nivel, los cuales a su vez guían a los alumnos que, a pesar de no tener tanta experiencia, aprenden rápidamente y son sumamente comprometidos con el trabajo”.

“Esta fue una experiencia sumamente fructífera y no solo por su aporte en mi formación como profesional, sino que también en cuanto al regocijo de poder ayudar a una persona que lo necesita. Uno de los momentos de mayor orgullo y felicidad en mi vida fue cuando la profesora me avisó que había sentencia favorable. Llamé de inmediato a la usuaria para comunicarle la gran noticia. Su reacción y agradecimiento por el esfuerzo y por el trabajo, son de esas cosas que se quedarán para siempre en mi memoria”.

Finalmente, Nicole, patrocinada de la Clínica Jurídica, dedicó las siguientes palabras: “el servicio otorgado fue muy personalizado, siempre al pendiente de nuestra causa. Fue un camino súper largo, casi 4 años de incertidumbre, así que el día que recibimos la noticia fue una alegría enorme, una tranquilidad y el cierre de un ciclo. Estamos felices, principalmente por nuestro hijo, ya que fue una solicitud de él, ya que ahora podrá tener los mismos apellidos con sus hermanos. No hay palabras para explicar la emoción que sentimos, se nos caen las lágrimas de alegría; fue un camino largo, pero llegamos a la meta con asesoría de calidad y con una felicidad máxima”.