San Alfonso María de Ligorio (01 de agosto)
San Alfonso María de Ligorio (01 de agosto)
Patrono Facultad de Derecho UC. Abogado, Obispo y Doctor de la Iglesia. Fundador de los Misioneros Redentoristas.
"Las vanidades del mundo están llenas de amargura y desengaños. Lo sé por propia y amarga experiencia".
San Alfonso María de Ligorio, hijo de los nobles José De Ligorio y Ana De Cavalieri, nació en Nápoles (Italia) el 27 de septiembre de 1696. Fue un alumno superdotado, atraído por la música, la pintura y la arquitectura.
Estudió Derecho y a principios del siglo XVIII, siendo un veinteañero, ya estaba en el auge de su carrera, sin que hubiera perdido una sola causa en Nápoles. Estaba muy empeñado en dedicarse al Derecho con desinterés y ganaba todas las causas porque sólo defendía aquellas que juzgaba justas.
A los 26 años perdió por primera vez una importante causa por maquinaciones e intrigas políticas. Quedó devastado y con gran frustración y desilusión, decidió dejar el Derecho: “¡Mundo, te conozco!... ¡Adiós, tribunales!”.
Sin embargo, preocupado por la malicia y la mentira con que actuaban sus colegas de profesión, antes de desistir de la carrera, escribió una lista de conductas éticas que pueden ser aplicadas también hoy:
- No es lícito jamás aceptar causas injustas, porque son perniciosas para la conciencia y el decoro.
- No se debe defender una causa con medios ilícitos.
- No se debe cargar al cliente con demasiados gastos, teniendo la obligación de restituir lo no necesario.
- Las causas de los clientes deben ser tratadas con la dedicación con la que se tratan las propias causas.
- Es necesario el estudio de los procesos para sacar de ellos los argumentos precisos para la defensa de la causa.
- Muchas veces, la dilación y la dejadez de los abogados perjudican a los clientes y los perjuicios deben ser reparados; de lo contrario, se peca contra la justicia.
- El abogado debe implorar a Dios su auxilio en la defensa, porque Dios es el primer protector de la justicia.
- No es digno de elogio un abogado que acepta muchas causas, superiores a sus talentos, a sus fuerzas y al tiempo.
- La justicia y la honradez nunca deben separarse de un abogado.
- Un abogado que pierde una causa por negligencia, está obligado a reparar los daños.
- Al defender las causas es preciso ser verdadero, sincero, respetuoso y razonable.
- Los requisitos de un abogado son: ciencia, diligencia, verdad, fidelidad, justicia.
Un día, mientras visitaba a los enfermos del Hospital de los Incurables, se vio a sí mismo en medio de una grata luz y escuchó en su interior una voz que lo llama personalmente: “Alfonso, deja todas las cosas, ven y sígueme”. Tras esto, decidió estudiar Teología, recibiendo el sacerdocio el 21 de diciembre de 1726, a los 30 años de edad. Se dedica a evangelizar a los más pobres, hasta el día que cae muy enfermo y se va a la sierra a recuperarse y así vivir intensamente la amistad y la oración con su grupo de amigos. Ahí descubre que el Evangelio pertenece a los pobres y decide quedarse con ellos para dárselo a tiempo completo.
Así, el 9 de noviembre de 1732 nace la congregación misionera del Santísimo Redentor, mejor conocido como los Misioneros Redentoristas. Desde entonces y hasta 1762, se dedica a la misión, la dirección de su grupo y a la publicación de sus obras.
Alfonso muere en Pagani, el 1 de agosto de 1787, a la hora del ángelus. Tenía más de 90 años. Fue beatificado en 1816, canonizado en 1831 y proclamado doctor de la Iglesia en 1871.
San Alberto Hurtado (18 de agosto)
San Alberto Hurtado (18 de agosto)
Patrono Facultad de Derecho UC. Abogado, doctor en Pedagogía y Psicología, sacerdote y constructor social. Fundador del Hogar de Cristo y de la Asociación Sindical Chilena.
”La misión del cristiano es ser testigo de la esperanza”.
San Alberto Hurtado nació en Viña del Mar el 22 de enero de 1901. Siendo un niño de apenas cuatro años perdió a su padre y tuvo que vivir los años siguientes con su madre y su hermano menor en casas de familiares.
Su madre, Ana Cruchaga Tocornal, fue una mujer ejemplar. A pesar de su situación, se preocupó siempre de trabajar por los más desposeídos. Como dijo en su famoso discurso fúnebre por Alberto Hurtado su amigo de siempre, el Obispo Manuel Larraín, “fue en esa escuela donde el apóstol del mañana halló el sentido del pobre, que iluminó más tarde su vida”.
Alberto estudió en el Colegio San Ignacio. Desde muy joven vivió una profunda familiaridad con Dios. Su director espiritual de juventud, el P. Fernando Vives, S. J., le ayudó a crecer también en sensibilidad social y a hacer de ello una dimensión central de su fe.
Al terminar su educación secundaria quiso ser jesuita, pero debió postergar su aspiración hasta que dejara en una situación económica más segura a su madre. Estudió derecho en la Universidad Católica. Fue un estudiante destacado y se entregó además a múltiples obras apostólicas y sociales. Los temas que eligió para sus memorias de Derecho manifiestan la viva inquietud que tenía por contribuir a encontrar solución a agudos problemas sociales: tratan del trabajo a domicilio de las costureras y del trabajo de los niños.
El 14 de agosto de 1923 entró al Noviciado de la Compañía de Jesús, en Chillán. Después de hacer sus votos religiosos en 1925, continuó sus estudios en Córdoba (Argentina), Sarriá (Barcelona) y Lovaina (Bélgica). Aquí obtuvo también el grado de Doctor en Pedagogía y Psicología. En este lugar se ordenó sacerdote el 24 de agosto de 1933. Durante su formación como religioso, Alberto vivió un proceso de honda maduración espiritual.
Regresó a Chile en 1936. El país que encontró era muy distinto del que había dejado once años antes. Durante su ausencia, se estableció la separación entre el Estado y la Iglesia, lo que tuvo importantes repercusiones para ambos.
El ministerio sacerdotal del Padre Alberto Hurtado en Chile se inició con un marcado acento en las labores pedagógicas. Fue profesor en el Colegio San Ignacio al mismo tiempo que daba lecciones de Psicología en la Universidad Católica y en el Seminario de Santiago. Su trabajo entre los jóvenes produjo un gran impacto. Esto motivó que lo nombraran Asesor Nacional de la juventud de la Acción Católica (1941-1944), la que alcanzó en ese tiempo un notable desarrollo. En esta época publicó varios libros, siendo el más conocido de ellos ¿Es Chile un país Católico?
En 1944 fundó el Hogar de Cristo, para dar albergue y acogida a gente necesitada. Su meta era ayudar a quienes vivían en la miseria, para que tomaran conciencia de su valor de personas, de ciudadanos y, más aun, de hijos de Dios. Confió la dirección de la obra a laicos, quedándose él como Capellán.
En 1947 creó la Asociación Sindical Chilena (ASICH). Su intención era dar formación cristiana a líderes sindicales, para que ellos trabajaran desde el corazón del mundo obrero por sus derechos y por la construcción de una sociedad más justa.
En 1951 fundó la revista Mensaje para que la palabra de la fe iluminara el ambiente social e intelectual del país.
Murió el 18 de agosto de 1952, de un cáncer al páncreas. El 16 de octubre de 1994 fue beatificado en Roma por el Papa Juan Pablo II. En 2004 el mismo Papa firmó el decreto que reconoció la validez de un milagro conseguido por su intercesión. Su canonización se efectuó el 23 de octubre de 2005 por S.S. Benedicto XVI.