Tatiana Rodríguez -que cursó el magíster a fines de los 90- sigue en contacto con sus excompañeros de generación y visita regularmente Chile. En su último viaje a nuestro país, recordó sus años de estudiante y destacó su vínculo con la UC. “Me dio un sentimiento de pertenencia”, dice.
Fue a fines de los años 90 cuando la abogada ecuatoriana Tatiana Rodríguez viajó a Chile para cursar un postgrado en la Universidad Católica: el Magíster en Derecho, LLM UC.
En ese tiempo, el programa -que tenía un nombre distinto al actual (Magíster en Derecho de la Empresa)- la entusiasmó a sus 24 años, cuando buscaba profundizar en sus conocimientos y avanzar en su desarrollo profesional. Así, se interesó en venir a Chile y, específicamente, a la UC. “Siempre fue un referente a nivel internacional”, cuenta a Derecho UC Tatiana Rodríguez, exalumna del magíster y quien hoy ostenta un cargo de suma relevancia: presidenta del Banco Central de Ecuador y de la Junta de Política y Regulación Monetaria de ese país.
Actualmente, sigue en contacto con sus excompañeros de generación y visita regularmente Chile en el marco de su trabajo. Así, en su último viaje a nuestro país recordó sus años de estudiante y lo que aprendió en la UC.
¿Por qué eligió Chile para estudiar un postgrado?
Porque, principalmente, necesitaba tener un cuarto nivel, un título de cuarto nivel y avanzar en mis estudios en un país que me permita también desarrollar y aprender. Entonces, cuando tenemos el Código Civil de Andrés Bello, el Código Civil chileno, que es la base para todos nosotros, me servía mucho para mis estudios.
¿Y por qué optó específicamente por la UC?
Porque siempre fue un referente a nivel internacional. Yo estudié en la Católica del Ecuador, en Quito. Entonces, para mí era un paso natural. Para mí era la mejor universidad del Ecuador, y era también venir a la mejor universidad de Chile, que me permitía un conocimiento mucho más amplio.
Pero también hay universidades católicas en otros países de Latinoamérica, como Uruguay, por ejemplo. ¿Por qué Chile?
Porque Chile era un referente de educación en América Latina. Chile estaba a la vanguardia en la educación, ofrecía una magnífica educación e, incluso, siempre fue un ejemplo en la parte económica. Yo trabajaba en un banco; toda mi vida he desarrollado en la banca. Y estudié una maestría de Derecho Empresarial. Entonces, tenía mucha conexión la parte empresarial, financiera. El Pensum se aplicaba mucho a lo que yo trabajaba. Tenía 24 años cuando vine acá, cumplí mis 25, entonces venía con mucha ilusión y sueño de avanzar en mis estudios y seguir preparándome.
Si usted pudiera mencionar algún aspecto de lo que aprendió en la UC y que haya jugado un papel en su carrera profesional o que haya marcado algún cambio, ¿cuáles serían?
Muchos. Porque yo creo que también depende cómo tú aprendes las cosas. Me acuerdo que había un par de materias que me costaron tanto en el pregrado, y vine acá. Por ejemplo, yo tenía una forma de conocimiento visual, y Derecho Tributario me costaba horrores. Entonces, dije “¿qué voy a hacer aquí con rentas chilenas?”. Pero tenía un profesor que era extraordinario. Y dibujaba. Me acuerdo de los monos, y él decía que el dinero sale de aquí y viene por acá el dinero. Y entendí. Y dije que me convertiré en la mejor alumna de Derecho Tributario aquí, cuando en el Ecuador no entendía. Llegué a entender mi propia ley con base en lo que entendí de la ley chilena… Hay muchas materias que aprendí y que no se aplican inmediatamente, porque Chile, al estar un paso adelante… Por ejemplo, todo el tema de securitización, que aquí tuve la oportunidad de estar con un genio de la securitización que había venido de Boston University o de Duke, no me acuerdo cuáles eran las universidades. Él era casi el inventor de la securitización, y en mi país se empezó a aplicar mucho más tarde. Yo aquí hice una tesis y presenté un proyecto que en Ecuador tuvo vigencia como seis años después. Entonces, me adelanté aquí a una realidad. Y aparte de eso, ¿sabes qué? Te abre la mente a otro mundo. Te abre la mente a un mundo que, okay, estamos en Latinoamérica, pero esa convivencia… Yo siempre digo que de aquí lo que más me llevo son mis compañeros.
¿Sigue en contacto con sus compañeros del magíster?
Han pasado 24 años, y fui a tomar café con uno, me vi con otro; con uno me veo permanentemente porque trabaja en el Banco Central. Haces una red importante.
Usted comentaba que en el magíster en la UC aprendió cosas que se adelantaban a lo que en otros países se aplicaba años después. ¿Cree que ese fue uno de los sellos del magíster? ¿Eso le permitió innovar?
Depende. Por ejemplo, yo volví al Ecuador y volví al mismo banco. Entonces, sí vuelves con otra visión, un poco más global y universal. Es como salir del cascarón, pero llegar a innovar es solamente cuando tienes un poder de decisión. Pero, obviamente, todo el conocimiento que tuve aquí me sirvió mucho. Aquí tuve micro y macroeconomía con dos de los mejores economistas chilenos, profesores de aquí y exministros de Hacienda. Entonces, es como ver el mundo de otra forma. Te abren los ojos, te abren la perspectiva.
¿Cumplió sus expectativas el programa que estudió en la UC?
Cumplió bastante mi expectativa en ese momento. Las circunstancias políticas y económicas fueron complicadas, porque estamos hablando de finales del siglo XX. Había retos a nivel económico en los distintos países, pero sí cumplió mis expectativas. Y, sobre todo, me dio un sentimiento de pertenencia, que yo cuando paso por aquí al frente, cuando vengo a Chile obligatoriamente cada tiempo, siento que aquí paso a mi casa. Ahorita yo venía recorriendo y decía “aquí yo estudié y qué feliz fui en estas aulas”. Pasé años muy importantes en mi vida. Es sentirme que pertenezco y que estoy en casa. Entonces, cuando llego acá nunca me siento extraña, me siento en casa. Soy una exalumna, soy alumna, pasé dos años aquí y siento que pertenezco acá… Voy y me reúno con el rector, que es súper amable, amoroso, me siento en casa. Estoy muy agradecida con la universidad, con lo que hizo por mí.
Usted ha tenido una carrera profesional importante. ¿Qué recuerdos tiene de sus compañeras de generación?
De mi generación del magíster, tengo una coronel de carabineros que llegó a lo más alto. Tengo un par de abogadas extraordinarias. Tengo la de Honduras, que fue superintendenta de Bancos de Honduras; tengo la de Costa Rica, que es la fiscal de la superintendencia de Bancos de Honduras; Tengo una presidenta de un Banco Central en otro país… No es coincidencia.
¿A qué cree que se debe de eso?
No sé, tenemos buenas raíces, buenas bases. Aprendimos cosas sólidas que ayudaron también a avanzar en nuestro conocimiento. Te abre la mente para otras cosas.
¿Y usted considera que el magíster fue mucho más práctico, más teórico o una buena mezcla?
Buena mezcla de los dos, principalmente porque fue presencial. Entonces, en esa parte de la presencialidad podíamos reunirnos a estudiar. Y ese reunirse, ese estudiar juntos, aporta mucho en el conocimiento cruzado. Entonces, yo creo que la universidad ha dado muy buenos frutos, muy buenos frutos. Y yo siempre soy orgullosa de decir que soy de la Católica.