“Lo clave es que el ejercicio de la profesión se conecte con el propósito de cada persona. Ahí está la magia. Todo depende de qué tan dispuestas estén las personas a salir de su zona de confort”, dice la académica y exalumna de Derecho UC, quien fue incluida en la categoría “empresarias y emprendedoras” por su rol como fundadora de Theodora AI.

Una exalumna y profesora de Derecho UC fue distinguida hace unos días en una nueva versión del premio 100 mujeres líderes, que entrega El Mercurio y Mujeres Empresarias.

En ese ranking -en el que también se destacó a otras tres exalumnas de nuestra Facultad- se incluyó a María José Martabit en el área de “empresarias y emprendedoras”. Esto, por su aporte como fundadora de una startup de inteligencia artificial y deeptech, denominada Theodora AI.

En Derecho UC conversamos con la profesora Martabit sobre este reconocimiento y la labor que ha desarrollado a través de su startup, que hace algunos días fue parte de un evento de levantamiento de capital a nivel latinoamericano junto a otras empresas. 

¿Qué le parece este reconocimiento y qué implica para esta startup?

Este reconocimiento de Mujeres Empresarias y El Mercurio, como una de las 100 mujeres líderes 2023 en la categoría empresaria, me recuerda la importancia de perseguir los sueños. Por muy difícil que parezcan, si existe determinación y disciplina, siempre se pueden hacer realidad. Este premio viene a respaldar el trabajo que desde hace más de un año estamos haciendo en Theodora AI para hacer posible lo que antes parecía imposible: detectar sesgos y riesgos reputacionales usando inteligencia artificial. Un verdadero liderazgo es aquel que empuja cambios, y que genera avances. Se trata de “hacer” y no sólo de “hablar”.

¿Cómo fue que llegó a fundar esta empresa de inteligencia artificial?

El nacimiento de Theodora surge tras mi paso por Estados Unidos, país donde cursé un Máster en Propiedad Intelectual y Políticas Públicas en la Universidad de Washington, Seattle, y además me desempeñé como abogada en la empresa de software RealNetworks en Estados Unidos. Luego, en Chile, me di cuenta que una de las principales razones que impiden el verdadero posicionamiento de las mujeres en cargos de poder es la imposibilidad de ver los sesgos que tenemos. Así, la tecnología desarrollada por Theodora justamente es parte clave de ese proceso de “ver lo que antes no podías”. Para tener éxito en la estrategia, me asocié con un experto en inteligencia artificial y sesgos: el académico internacionalmente reconocido y experto en la materia Baeza-Yates, cofundador y Chief  Scientist en Theodora, quien también se desempeña como director de investigación en el Institute for Experiential AI of Northeastern University. Juntos hemos logrado crear un equipo muy sofisticado.

En sus inicios como abogada, ¿pensó que incursionaría en un área como la inteligencia artificial?

Jamás lo pensé. Al inicio de mi carrera sólo creía que existían cuatro opciones para una abogada: trabajar en un estudio jurídico, en una empresa, en el gobierno o en el Poder Judicial. Nunca imaginé que lideraría una compañía internacional que desarrolla IA.

¿Qué mensaje le podría entregar a alumnos y exalumnos de Derecho UC sobre los distintos caminos que se pueden tomar en esta profesión?

Hoy tengo claro que estudiar derecho entrega un set de valores, herramientas y habilidades invaluables a la hora de ejercer cualquier actividad profesional, desde el ejercicio clásico de la profesión hasta el liderazgo de una compañía multinacional, pasando por todos los matices imaginables. Lo clave es que el ejercicio de la profesión se conecte con el propósito de cada persona. Ahí está la magia. Todo depende de qué tan dispuestas estén las personas a salir de su zona de confort, de lo conocido, y tomar riesgos. Estudiar derecho fue y sigue siendo una de las mejores decisiones de mi vida.