Diario Estrategia on-line
El Gobierno navega a la deriva en la legislación que propone –su programa- en la forma más desafortunada para una economía de mercado. En efecto, hasta ahora hemos recibido una legislación tributaria que no sólo atenta contra las pymes sino que además no se entendió, hay que dictar una ley aclaratoria.
Luego tenemos una reforma educacional que no dejó contento a nadie, ni a los que la proponían ni a los profesores que la cuestionaban y, sin duda a los que no fueron oídos, es decir, a niños que están en la enseñanza básica y que no se ve como esta reforma educacional los pueda beneficiar. Ahora estamos a punto de tener una reforma laboral que ya está aprobada en el en la Cámara de Diputados, que viene a legalizar un nuevo tipo de colusión que afecta el mercado, que es la colusión de los sindicatos inter empresas, y la de los trabajadores que podrán hacer huelga sin derecho reemplazo, todo pensado en perjudicar a las empresas, pero principalmente a las pymes.
Como si todo esto fuera poco, ahora enfrentamos un debate por proceso constituyente que incluirá la realización de cabildos comunales, provinciales y regionales, supervisados por un "consejo" que según la Presidenta tiene por objeto, garantizar la transparencia de los diálogos terreno. No quiero mencionar acá la ilegalidad de este proceso, ello sido tratado ya en diversas oportunidades. Tampoco quiero mencionar el daño a la estabilidad de la economía de nuestro país que está propuesta produce a una Constitución Política que ha sufrido diversas modificaciones para mejorarla que el propio el Presidente Lagos ha dicho que está perfectamente legitimada y es absolutamente democrática.
¿Para qué modificarla entonces? ¿Por qué no simplemente perfeccionarla?
Es que más aún, lo que más llama la atención en la propuesta del Gobierno, es que no propone nada en concreto, y es esto lo que genera mayor incertidumbre. Se trata de derogar por derogar. Se trata de pasar la retroexcavadora. Y esto recuerda más que a Tom Clancy, autor del libro que ponemos en el título, a una comedia de Jerry Seinfeld, el gracioso comediante de stand-up show en Estados Unidos, cuyo humor basado en el absurdo lo hizo saltar a la fama. Todos recuerdan un capítulo en que, parodiándose el mismo, proponen producir a un estudio de televisión un programa acerca de "nada".
Lo mismo pasa con este proyecto para modificar la constitución. Es acerca de nada.
Eso creíamos hasta que tomamos conocimiento de que el Partido Comunista en su convocatoria a un próximo congreso plantea volver a la función social que tenía la propiedad antes de 1973. No la función social que tiene hoy si no la que tenía antes, con fundos tomados, fábricas intervenidas, con cordones industriales, etc. Esto sí que the sum of all fears.
