El académico de la Universidad de Sevilla impartió dos charlas en las que abordó el catolicismo y el liberalismo conservador, y el problema del transhumanismo.

En el marco del proyecto Fondecyt 1181573 del profesor Cristóbal Orrego, el pasado 20 de agosto visitó la Facultad el catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad de Sevilla, España, Francisco José Contreras.

El invitado internacional dictó dos charlas sobre las controversias contemporáneas acerca de la Teoría de la Ley Natural. La primera se centró en la ley natural y el “liberalismo conservador”, y la segunda en el problema del transhumanismo.

En su primera intervención, el académico español se refirió al término “liberalismo”, que posee significados muy variados. Hizo un repaso por su nacimiento en el siglo XIX y su consolidación como filosofía política tras la caída del fascismo y del comunismo. Luego contrastó lo que él calificó como “liberalismo progresista” con el “liberalismo conservador”, un movimiento que acepta las libertades políticas y económicas de la modernidad, pero que tiene “una especial conciencia de la fragilidad de la libertad” y de cómo, para sobrevivir, requiere de un entorno cultural y un contexto específico basado en ciertas virtudes e instituciones (ecología moral) que hoy los liberales progresistas han olvidado.

El profesor Contreras explicó que los “liberales conservadores” abrazan una doctrina compleja, en la que se distingue entre las esferas heterogéneas de la vida. “El libre mercado”, explicó, “es bueno para la producción de bienes y servicios ordinarios, pero no puede mercantilizarse toda la experiencia humana, como lo hace el libertario, quien basa su actuar en el fundamentalismo del mercado”.

La segunda charla, en tanto, fue el centro de un seminario especializado para profesores y ayudantes de Derecho, sobre el problema del “transhumanismo”, es decir, de las más recientes orientaciones técnicas que se orientan a mejorar la especie humana hasta el punto de que supuestamente podrían modificarla y superar lo que hasta ahora se consideran límites infranqueables de la naturaleza: el envejecimiento, la muerte, los límites de las capacidades naturales de orden físico e intelectual. Estas perspectivas (individuos superhumanos, máquinas “inteligentes”, personas diseñadas según elecciones ajenas, etc.) plantean nuevos problemas éticos que podrían ser abordados con una ampliación de la aplicación de los principios clásicos de la ley natural.