El seminario ‘El aborto en Chile: tres miradas desde la antropología cristiana’ contó con la participación de la profesora Magdalena Ossandón quien analizó la temática desde la perspectiva jurídica.

En el marco de la discusión sobre el proyecto que buscaba despenalizar el aborto hasta las 14 semanas de gestación se realizó el pasado 9 de diciembre el seminario El aborto en Chile: Tres Miradas desde la Antropología Cristiana, organizado por Pastoral UC junto con la Facultad de Derecho,  el Instituto de Filosofía y la Facultad de Medicina.

El encuentro estuvo moderado por el profesor asociado del Centro de Bioética UC, Luca Valera y participaron como expositoras Magdalena Ossandón, profesora de la Facultad de Derecho; Sylvia Díaz, psicóloga del Hospital Clínico UC y María Alejandra Carrasco, académica del instituto de Filosofía UC. 

El rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Ignacio Sánchez, y el obispo auxiliar de Santiago, Monseñor Cristián Roncagliolo, también se hicieron parte de esta actividad.

La primera intervención estuvo en manos de María Alejandra Carrasco quien centró su exposición en los cambios que han tenido los argumentos a favor del aborto con el paso de las décadas. 

Primero, dijo Carrasco, se decía que el feto no era un ser humano. Después vino el avance de la ciencia y demostró lo contrario, por lo que se pasó a argumentar que el feto no era persona y no tenía la misma dignidad del resto de seres humanos. Finalmente vino la tesis de los derechos de la mujer, que es la más actual y con la que se defiende de manera más vehemente la práctica del aborto. 

Frente al primer postulado, la filósofa aseguró que desde la misma fecundación el feto es “un ser humano distinto a la madre que protagoniza un proceso genéticamente orientado de acuerdo con las fases conocidas del desarrollo humano”.

En cuanto al argumento de que el no nacido no es persona, Carrasco señaló: “Si la dignidad dependiera del ejercicio actual de las capacidades, los seres humanos no tendríamos igual dignidad ni mereceríamos el mismo respeto por nuestros derechos. Existiría una brutal inequidad en la familia humana no sólo con los no nacidos, (sino también) con los recién nacidos, con los niños, los discapacitados, los menos inteligentes, los que están durmiendo. Sería una cosa espantosa…”.

Frente al derecho de la mujer a elegir sobre su propio cuerpo, María Alejandra afirmó que “el derecho a la vida es el que sostiene todos los demás derechos. Incluso sobre un supuesto radical a elegir”. También puntualizó que, si bien es injusto que la mujer asuma el peso del embarazo en materia económica, de carrera profesional y de tiempo, “una injusticia no se soluciona con otra”. Por ello aseguró que es necesario “generar las condiciones jurídicas y sociales para que en primerísimo lugar el padre, y en segundo lugar la sociedad nos hagamos cargo de proteger la vida del niño”. 

A nivel jurídico

La abogada Magdalena Ossandón, en tanto, aseguró en su ponencia que “desde el punto de vista jurídico nunca puede ser justificado, nunca puede ser permitido o aprobado matar a un inocente” y aseguró que con el aborto “estamos estableciendo diferencias entre seres humanos de una y otra categoría por razones circunstanciales y cambiantes”, con lo cual “aceptar la licitud del aborto implica hacer diferencias de seres humanos, retroceder en materia de Derechos Humanos”. 

Ossandón subrayó también la diferencia entre legalizar y despenalizar. Despenalizar es “eliminar la sanción legal”, que es el recurso con el que cuenta actualmente la jurisdicción chilena en tres causales, mientras que legalizar es “considerar lícito conforme a la ley, dar derecho a realizar un aborto”. 

Por ello, cuando se legaliza el aborto “se asegura la impunidad de los intervinientes, se hace imposible la oposición de terceros, se elimina el principio de intangibilidad de la vida y se cambia la sensibilidad frente al aborto”. 

La académica destacó la paradoja del derecho al que la mujer elija libremente, cuando las principales causas por las que las que se practican un aborto son el miedo o la presión, según un estudio realizado por la fundación Chile Unido. Ossandón finalizó su ponencia con una cita de la feminista Catherine MacKinnon quien asegura que el aborto “no libera a las mujeres, libera la agresión sexual varonil”, ya que este “elimina la única excusa que le quedaba a las mujeres para que se rehusaran al sexo, más allá del dolor de cabeza”.

Inviabilidad fetal

La última ponencia fue presentada por Sylvia Díaz, psicóloga del Hospital Clínico UC, quien se refirió a la causal que tiene que ver con la inviabilidad de que el feto pueda sobrevivir. Díaz aseguró: “No tenemos estudios que nos digan que el aborto podría ser terapéutico en la salud mental de la mujer. (…) Tampoco que el aborto se asocie con la evolución de una salud mental mejor”

La psicóloga se refirió al proyecto “Acompañares” que tiene la clínica Red UC Christus, que consiste en acoger y acompañar a la madre que tiene un embarazo inviable, junto con el padre y la familia del bebé. 

Este proyecto invita a que las mujeres que enfrentan este tipo de embarazos no se salten la etapa de duelo, sino que sepan elaborarlo como es debido y vivirlo intensamente. En su exposición, Sylvia Díaz mostró varios testimonios y videos conmovedores, entre ellos el de Ximena, madre de Nicolás, niño que alcanzó a nacer y a vivir pocas horas. “Estoy feliz y tranquila porque su corta vida la pasó en los brazos de su mamá, lleno de besos y abrazos y murió tranquilo mientras recibía todo ese amor de quienes más lo queríamos y esperábamos a pesar de sus dificultades”.

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