El exalumno de la Facultad y actual director de TVN, Gonzalo Cordero, asegura que su paso por la Facultad de Derecho fue fundamental en su desarrollo profesional.

El exalumnos Gonzalo Cordero M. recuerda su paso por la Facultad como una “combinación irrepetible de formación intelectual, de adquirir amigos entrañables para toda la vida y de conocer, entre compañeros y profesores, un grupo de las personas más notables que uno puede imaginar”.

Oriundo de La Serena, estudió básica y media en el colegio particular subvencionado: el Seminario Conciliar. Una vez finalizada su etapa escolar, se matriculó en Medicina en la Universidad de Chile. Al tercer año decidió no seguir, repetir la Prueba de Aptitud Académica (PAA) y entrar a estudiar Derecho en la UC. Allí, aseguró, se le abrió un mundo completamente nuevo.

Hoy, se ha convertido en un reconocido analista político, un columnista de medios como diario La Tercera, Radio Pauta y Radio Cooperativa. Fue socio director de la agencia de comunicación estratégica Azerta y decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Andrés Bello. Ha ejercido como consultor en marketing político y comunicaciones, y ha trabajado asesorando a gobiernos, candidaturas presidenciales y partidos políticos en Chile y países como Argentina, Bolivia, República Dominicana, Nicaragua y El Salvador. También se desempeñó como Consejero del Consejo Nacional de Televisión y actualmente es miembro del directorio de Televisión Nacional de Chile (TVN).

Desde su actual posición, asegura que la principal tarea del canal estatal es lograr un equilibrio financiero que lo haga sostenible y así, enfrentar el desafío de que la televisión pública haga el aporte en pluralismo y cultura en el contexto de profundos cambios que está experimentando la industria televisiva en el mundo.

Al analizar su trayectoria profesional, el exalumnos asegura que la Facultad jugó un rol fundamental en su desarrollo. “Más que aprender una disciplina, en la Facultad aprendí una manera de entender la sociedad, de razonar, de relacionarme con los demás. Casi no he ejercido la profesión de la manera convencional o más propia, pero siempre me he considerado un abogado, con todo lo que significa la expresión, desarrollando distintas actividades; esa manera de enfrentar los desafíos, de trabajar y de interpretar”.

La Facultad, asegura, es una que ha evolucionado con los tiempos, de un alto nivel de excelencia, como institución incluso más fuerte que aquella en la que yo estudié, con una planta académica con profesores jóvenes doctorados en el extranjero, con una gran capacidad de producción académica, que combina muy bien el aporte de grandes abogados de ejercicio con académicos puros. Hoy es un referente en temas jurídicos y en la construcción de políticas públicas para el país. Es una Facultad que merece la posición que ha ganado a nivel internacional.